Queridos amigos, seguidores de Objetivo La Luna.
Se despide 2022 y, antes de sentenciar como malos los doce meses que dejamos atrás, esperemos a ver cómo viene el 2023 porque, la verdad, lo que se dice buena pinta, no tiene…
Queridos amigos, seguidores de Objetivo La Luna.
Se despide 2022 y, antes de sentenciar como malos los doce meses que dejamos atrás, esperemos a ver cómo viene el 2023 porque, la verdad, lo que se dice buena pinta, no tiene…
Queridos amigos, seguidores de Objetivo La Luna.
Se han cumplido ya veintiséis años desde que, un sábado por la mañana, éste que les habla, se pusiera por primera vez delante de un micrófono para salir a las ondas con un programa radiofónico sobre algo, por aquel entonces, tan novedoso como era el mundo de los viajes, de la exploración y de la aventura.
Supongo que, como yo, ya está usted harto del mal rollo cotidiano y le apetece un poco de tranquilidad. Debe de ser algo así como un mecanismo interno de autoprotección que actúa de forma misteriosa cuando va subiendo nuestro nivel de saturación, libera un poco de presión, como si de la válvula de una olla exprés se tratase, y nos devuelve a un estado vital aceptable.
La semana pasada quedábamos expectantes, a
la espera de nuevos escándalos, y estos últimos días ya hemos tenido una buena
ración de ellos… Confieso que se me empiezan a poner los pelos como escarpias,
solo por pensar en que otra buena batería de escándalos se está cocinando y que
irán saliendo a la luz en los próximos días…
Traidor viene del latín, de la palabra traditor, que viene a referirse “al que entrega”. Traición es un concepto moral que se opone al de fidelidad y se produce cuando el traidor no guarda fidelidad con el traicionado.
Las hembras de los ñus, el animal mejor adaptado de la sabana africana, consiguen controlar sus partos para, entre febrero y marzo, coincidiendo con el inicio de la estación de lluvias y por espacio de unas dos o tres semanas, parir todas a la vez.
Parece que, repentinamente, ya nos vemos inmersos en plena campaña electoral… En realidad, da la sensación de que llevamos más de cuatro años soportando una tediosa y larguísima tarea de captación de votos de la que, si queremos sacar algo en claro, no lo vamos a conseguir, y si buscamos alguna conclusión, inevitablemente, esa es la de que nos toman por idiotas.
Ya han exhumado los restos de Queipo de
Llano de la Basílica de la Macarena y, con ello, se supone que ya por fin
comenzarán a bajar las cuotas de paro, mejorará la economía, se reducirá la
inflación y, en poco tiempo, saldremos de la crisis… Es ironía y como
sospechamos no va a pasar absolutamente nada y todo seguirá igual.
Como diría un castizo: “no me gusta la
orina de la enferma…” o, como decimos en Canarias: “no me gusta el caminar de
la perrita…” Se acerca el invierno, como dirían en Juego de Tronos, y nos
abocamos a él, no precisamente en las mejores condiciones.
A estas alturas ya a nadie se le escapa que la cosa está muy mal. De una u otra manera todos vamos tomando conciencia que, la que se viene encima va a necesitar de mucho esfuerzo y sacrificio para poder salir adelante.
El doce de octubre hemos vuelto a celebrar el Día de la Virgen del Pilar, Día de la Fiesta Nacional, el primero en normalidad después de la pandemia.
Veo los informativos de televisión y miro las fotografías de la prensa y, francamente, no sé por qué se ríe tanto el inefable imitador de Juan Domingo Perón. Siendo bien pensado, humanamente podría atribuirlo a la exteriorización de una espontánea e incontrolable alegría por haberse puesto de acuerdo consigo mismo para sacar el proyecto de los Presupuestos, lo cual no deja de provocar cierta perplejidad en quienes contemplamos semejantes escenas de regocijo…
Ya lo decía Jon Nieve insistiendo en ello durante varias temporadas: Se acerca el invierno… Nuestro giro de guion con respecto a la serie televisiva es que, en el caso que nos ocupa, el “Señor de la Noche y los caminantes blancos” no tienen que venir de al norte del “Muro de Hielo”, básicamente porque ya los tenemos aquí y son varios los años que llevan controlándolo todo y convirtiéndonos en zombis.
Es difícil para un ególatra darse cuenta y reconocer su propia decadencia. Antes irá dando bandazos de un sitio a otro o anunciando cosas y desmintiéndolas al momento, antes que aceptar que es un moribundo que quita más que da…
No se habla de otra cosa… Se dice que el
miércoles pasado, con motivo del partido de Champions del Real Madrid, el único
tema de conversación entre los aficionados en los accesos al Estadio Santiago
Bernabeu, era el de la urgente necesidad de renovar el Consejo General del
Poder Judicial…
Se acabó la ensoñación veraniega y quien más o quien menos, o ha vuelto a la cruda realidad o está en ello.
Ha acabado la Cumbre de la OTAN de Madrid y, no nos engañemos, hoy todavía estamos un poco peor que ayer… Si somos tan ingenuos como para pensar que a partir de ahora nuestros principales problemas van a ir encontrando solución es que, definitivamente, nos merecemos lo que tenemos.
Alrededor de las hogueras de San Juan cuentan que, hace ya muchos años, un personaje, ambicioso, amoral y sin escrúpulos, llegó a las vidas de los habitantes de una remota isla, tomándolas al abordaje, gracias a un pacto con lo mejor de cada casa de los “hermanos de la costa”.
No acabo de entender muy bien como se puede ir de progresista, haciendo continuamente alusión a guerras de hace más de ochenta años y a regímenes superados hace más de cuarenta y cinco… No termino de ver muy claro como se puede apostar por el futuro, insistiendo en aplicar viejas y fracasadas fórmulas, sobradamente ya probadas, que tan solo han contribuido a traer desgracia y ruina…
En 1940 Walt Disney estrenaba la película Fantasía y en ella, sin duda, su parte más famosa es la tercera, “el aprendiz de brujo”, basada en el poema del mismo nombre de Johann Wolfgang von Goethe y la pieza musical de Paul Dukas, y protagonizada por y a mayor gloria de Mickey Mouse.
Por lo que vemos estos días por televisión y en fotografías de prensa, resulta entrañable descubrir que, al menos, hay una persona sonriente y celebrando cosas… Empáticamente siempre es agradable y saludable alegrarnos cuando a los demás les va bien, aunque solo sea uno y al resto la cosa nos esté yendo regular o mal…
Hay una película, digamos experimental, de 1983, en la que se cuentan cuatro historias diferentes, dirigidas por cuatro directores distintos y cuyo género discurre por lo fantástico, la ciencia ficción, el terror y el thriller. Una obra irregular y sorprendente que, al poco, se convirtió en película de culto y que en España se conoce por el título de “En los límites de la realidad”.
Dicen por ahí, en sectores muy restringidos y abiertos a creer en viajes en el tiempo, que hace unos años vino del futuro un Terminator y está infiltrado en la política europea…
Somos víctimas de la conocida como “Técnica del Salchichón” y, por su aplicación sin pausa, loncha a loncha, escándalo tras escándalo, hemos llegado a la actual situación.
Me viene a la cabeza una serie de dibujos animados de mi infancia, en la que un tipo con bigotillo y acento francés, al estilo del coyote con el correcaminos, siempre caía en sus propias trampas… La serie se llamaba: Los Autos Locos… y aquel individuo, que siempre iba con su inseparable perro Patán, era Pierre Nodoyuna.
Dice el mito que, en algún momento del segundo milenio, antes de Cristo, reinó el hijo de Gordias, fundador de la ciudad de Gordio, capital de Frigia y lugar en el que siglos más tarde el Gran Alejandro deshiciera el célebre Nudo Gordiano.
Baltasar Gracián dijo en una ocasión que “el mentiroso tiene dos males: que ni cree ni es creído”. Seguro que en este momento a todos nos viene a la cabeza la imagen de un gran mentiroso que, por serlo y mucho, padece de estos males.
Hasta el momento actual y contrariamente a
lo que pudiera parecer, no ha habido conflicto más televisado que la guerra de
Vietnam. A pesar de que los medios de los años sesenta solo permitían grabar
las imágenes en formato cine y ello añadía su complejidad al proceso
menoscabando la inmediatez de la información audiovisual, día tras día, los
ciudadanos estadounidenses recibían en el salón de su casa y en diferido, el
horror de la guerra y la idea de su inutilidad, opuesta a la posición oficial
del Gobierno de Richard Nixon…
Confieso que estoy un poco abatido. Desde que ayer se anunciara la subida de la inflación hasta el 9,8%, mi preocupación se ha incrementado, como mínimo, un 30%.
La NASA ha publicado una foto nocturna desde el espacio, en la que destaca la inquietante silueta oscura del territorio ucraniano, después de veintiún días de invasión.
Estamos tan solo a mediados de marzo y ya casi que empezamos a añorar 2021 como un buen año… Todo pinta mal y, a cada día, sigue empeorando.
A usted que me está leyendo… ¿De verdad
está convencido de que el Gobierno que tenemos en este momento es el mejor para
usted y para España? ¿Cree que el actual presidente del Gobierno es un digno
representante de nuestro país y de nuestros intereses?
El pasado martes, durante su participación en el seminario «Los Estados ante la gestión de crisis: ¿Tienen los Estados del siglo XX herramientas eficaces para dar respuesta a las grandes crisis de este siglo XXI?» que se enmarca en la Cátedra Monarquía Parlamentaria de la Universidad de Burgos (UBU), la abogada, consejera de Estado y exvicepresidenta del Gobierno de España, Soraya Sáenz de Santamaría, lanzó el deseo de que «ojalá llegue un momento en que la política vuelva a ser vista como algo honorable», porque es «sin duda, necesario».
No tenemos remedio… Tan solo hay que revisar un poco nuestra historia para comprobar que, tan solo en muy contadas ocasiones, hemos sido capaces de unirnos por un bien superior…
Supongo que como una gran mayoría el domingo estuve viendo el partido de Rafael Nadal. Fueron tantas las sensaciones experimentadas a lo largo de las cinco horas y media que duró su enfrentamiento al ruso Mendeleev, y el subidón final con su triunfo que, varios días después, todavía me dura la alegría y la sensación de orgullo por ser compatriota de un tipo que, sin duda, ya es con toda justicia el mejor deportista español de todos los tiempos.
A nivel doméstico, si para algo nos está sirviendo la actual crisis de Ucrania es para restregarnos en la cara los estragos que, la nefasta coalición que cohabita en el Gobierno, provoca a la imagen de España en el mundo.
Al igual que el “paraguas” de libertad que proporcionan las Fuerzas Armadas, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, o cualquiera de los servidores del Estado que, dentro y fuera de nuestras fronteras, velan por la Seguridad y por alejar los riesgos y amenazas para que la vida de los ciudadanos se pueda desenvolver con la máxima tranquilidad, hay cosas que exigen mucha prudencia y contrapesos del poder que, en Democracia, hay que respetar.
Concluido el oropel navideño, nos
despertamos metidos de lleno en la cuesta de enero, en esta ocasión mucho más
diluida en medio de otras muchas pendientes.