Somos víctimas de la conocida como “Técnica del Salchichón” y, por su aplicación sin pausa, loncha a loncha, escándalo tras escándalo, hemos llegado a la actual situación.
Loncha a loncha se han ido colonizando las instituciones, se ha ido difuminando la separación de poderes, se han recortado libertades y se sigue intentado desmontar nuestro actual Estado de Derecho. El inminente e inevitable batacazo económico pone los pelos como escarpias y el deterioro de la imagen de España anuncia un futuro desolador.
La buena gestión no existe y los intereses nacionales no encuentran quien los defienda… La degradación institucional aumenta día a día y lo malo es que todo apunta a que la cosa va, claramente, a peor. Y usted que me está escuchando, y está harto de luchar y de pagar impuestos, se preguntará, ¿y ahora qué?
Pues es difícil darle una respuesta clara y concisa. Aunque la situación ya empieza a ser insostenible y el bochorno insoportable, gracias a Dios todavía vivimos en un Estado de Derecho y, por tanto, en una Democracia, en régimen de Monarquía Parlamentaria… ¿Qué quiere esto decir y qué significa? Pues quiere decir que lo que tenemos actualmente fuimos nosotros los que lo elegimos en las últimas Elecciones Generales y significa que tendremos que esperar a que, en base a las circunstancias previstas en la Constitución se nos devuelva la voz a los ciudadanos con unas nuevas Elecciones Generales…
Ahora bien, usted pensará… ¿Entonces es inevitable que asistamos impotentes a nuestra ruina y al desmantelamiento de España? Nuevamente la respuesta no es sencilla y no puede ser solo una… Por supuesto que damos por hecho que usted es una persona de bien y de provecho, que vive respetando la Ley y las normas básicas de educación, respeto y convivencia… Por lo cual, en vez de dar rienda suelta a lo que le pide el cuerpo, puede sustituirlo por, cuando haya ocasión, mostrar su apoyo a los servidores públicos, de vocación, que velan por su salud, su protección, su seguridad, sus derechos, la educación de sus hijos… por su libertad…
…Y también, por el contrario, quéjese y manifieste su repulsa sobre aquello que, considere, va contra usted o considere perjudique a su concepto de España…
Empiece por ahí y mientras tanto no pierda la esperanza… La historia demuestra que los Estados acaban protegiéndose a sí mismos de las amenazas internas que intentan desgastarlos o destruirlos… Nada es para siempre y menos para los que actúan irresponsablemente pendientes, únicamente, de proteger sus propios intereses haciendo de su capa un sayo, ignorando el bien común…
De tanto vivir en el alambre y de tanto meter la pata es posible que, tarde o temprano, la suerte se acabe, se queden al descubierto y se caigan con todo el equipo… y, en ese momento, ahí debería de estar el Estado para aplicar un tratamiento, regenerar sus heridas y recuperar la salud devolviendo de nuevo la voz a la ciudadanía.
¡Mucho ánimo! Ángel Alonso
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