Supongo que, como yo, ya está usted harto del mal rollo cotidiano y le apetece un poco de tranquilidad. Debe de ser algo así como un mecanismo interno de autoprotección que actúa de forma misteriosa cuando va subiendo nuestro nivel de saturación, libera un poco de presión, como si de la válvula de una olla exprés se tratase, y nos devuelve a un estado vital aceptable.
A modo de metáfora de lo que ocurre con el panorama político patrio, la Selección Española de Fútbol ha hecho el ridículo en el Mundial de Qatar, dejando a las claras la incompetencia de su seleccionar y su incapacidad para el cargo del que, afortunadamente, ya ha sido apartado… Es una lástima que esta higiénica iniciativa no sea secundada entre nuestros dirigentes.
Antes, al contrario, seguimos a vueltas con los pufos y escándalos habituales, sumando a ellos otro nuevo como lo es la intención, más que real, de adaptar a la medida las penas por el delito de malversación, para beneficiar a los socios preferentes del ínclito personaje que, todavía, decide nuestros destinos hacia la degradación democrática, y la ruina económica y social.
Nos aproximamos, sin ya solución de continuidad, a la recta final del año en la que coincidirán las navidades más caras de la historia. Todo está por las nubes, pero, aunque nos frían a impuestos y nuestra cartera a duras penas lo resista, intentaremos disfrutar reencontrándonos con aquellos a los que la pandemia hizo que pasásemos las últimas navidades separados en la distancia, pero juntos en el corazón.
Es momento de permitir que nuestro mecanismo interno vaya liberando algo de presión, de dejar un poco de lado con su verborrea y propaganda, aunque vigilantes, a los que ya han conseguido que empecemos a reconocernos al mirarnos al espejo de Perú, Argentina o Venezuela… y de dar paso a unas semanas muy especiales de recogimiento y tranquilidad, que ya nunca volverán, en las que nuestro principal objetivo ha de ser el de intentar ser razonablemente felices, en la medida de nuestras posibilidades y cada uno como podamos.
En lo que al equipo de Objetivo La Luna se refiere, nos sentimos muy satisfechos por poderles ofrecer, la próxima semana, el Programa 600. Una cita muy especial que, además, coincidirá con lo que será el último programa del año, con el que les desearemos una Feliz Navidad y todo lo mejor para el Año Nuevo 2023. Al tiempo que nos despediremos temporalmente de todos ustedes para tomarnos unos días de descanso hasta después de Reyes.
Así que quedan todos invitados y, como
siempre, sean bienvenidos a nuestro programa de hoy. Ángel Alonso
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