Dice el mito que, en algún momento del segundo milenio, antes de Cristo, reinó el hijo de Gordias, fundador de la ciudad de Gordio, capital de Frigia y lugar en el que siglos más tarde el Gran Alejandro deshiciera el célebre Nudo Gordiano.
Aquel rey con fama de buen anfitrión y de una ambición desmedida por acumular riquezas, a petición propia, fue recompensado por el dios griego Dionisio con el don de convertir en oro todo lo que tocaba.
Midas, que así se llamaba aquel rey de Frigia, disfrutó mucho al principio comprobando como todo lo que tocaba al momento se volvía metálico y dorado… Durante un buen rato fue de allá para acá poniendo sus manos sobre muebles y todo tipo de objetos… Poco a poco el oro fue adueñándose del espacio alrededor del rey… Nada se resistía a ser convertido en oro y Midas era feliz…
O al menos lo fue hasta que le entró sed… De hecho, pidió una jarra con agua que se hizo de oro en cuanto Midas la tocó… Sirvió el agua en un vaso e intentó beber, pero, al entrar en contacto con sus labios el agua, hasta entonces fresca y transparente, se transformó en un líquido denso y dorado… y no pudo ingerir…
Alarmado, pidió algo de fruta, pero, aunque evitaba tocarla, al contactar con su boca se endurecía y también se convertía en oro… Aquello ya no era divertido y, desconsolado, fue a sentarse en un sillón que, en cuanto lo tocó, también se hizo de oro… Viéndole tan triste, dicen que su queridísima hija se acercó a consolarle, pero, al darle un beso en la mejilla, Zoe, que así se llamaba, también quedó convertida en oro…
Aquello fue demasiado para Midas que, hundido, imploró al dios Dionisio que le retirara aquel supuesto don que, al poco, había resultado ser una maldición… Dionisio accedió y para ello le dijo a Midas que se lavase las manos en el río Pactolo, que, desde entonces, y según dicen, alberga mucho oro en sus aguas…
Más de tres milenios después, y según cuenta una leyenda actual, parece ser que Dionisio, dios del vino, las bacanales y la juerga en general… Dicen que ha vuelto a conceder el don a un personaje actual de carne y hueso, que habita en España y que trata de ocultar su habilidad para evitar ser descubierto…
El problema es que Dionisio, que se ha destapado como un dios bromista, parece ser que ha introducido una pequeña variación y que el personaje misterioso, en lugar de convertir en oro todo lo que toca, lo convierte en mierda…
Según dicen los entendidos, no hay nada que se le resista… Cualquier cosa, animal, persona o institución que son tocadas por esta persona, al poco se degradan y comienzan a soltar un tufo pestilente que, tiempo después, acaba irremediablemente con ellas…
Aunque la alarma ya saltó hace ya muchísimo, es en los últimos tiempos cuando un esforzado grupo de héroes trata de contactar con el dios Dionisio para que anule el supuesto don, al tiempo que tratan de localizar y neutralizar al misterioso personaje, al que han llamado el antimidas, antes de que sea demasiado tarde…
Ojalá tengan suerte… Ángel Alonso
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