jueves, 3 de marzo de 2022

La hora de la verdad

A usted que me está leyendo… ¿De verdad está convencido de que el Gobierno que tenemos en este momento es el mejor para usted y para España? ¿Cree que el actual presidente del Gobierno es un digno representante de nuestro país y de nuestros intereses?

De vez en cuando la Historia da aldabonazos y, como si de una foto fija se tratase, deja retratadas a las sociedades y a sus dirigentes… Lamentablemente ese aldabonazo ha venido en forma de invasión de Ucrania y de una guerra desigual en Europa, justo al lado de casa.

Es uno de esos hechos transcendentales de los que solo se producen dos o tres a lo largo de una generación y que pueden ser considerados como “la hora de la verdad”. La palabra “hora” no exige una interpretación cronológica literal y se entiende como un momento señalado en el tiempo que exige una respuesta rápida. Y, evidentemente, el acompañamiento de la palabra “verdad” aclara nítidamente el sentido de la expresión “la hora de la verdad” e implica una predisposición para ejecutar una serie de decisiones que, si se realizan de forma correcta, elevan a los responsables al estado de aprobación y reconocimiento social de “estar a la altura”, una forma de decir que los ciudadanos, no solo están de acuerdo con las decisiones y acciones tomadas, sino que, además, implícitamente respaldan y apoyan a su líder o a sus líderes.

Cuando llega “la hora de la verdad”, las sociedades y cualquier ciudadano, en general, espera que sus líderes den un paso al frente, asuman la responsabilidad, supediten cualquier interés personal al bien común, tengan la formación y la clarividencia necesaria para elegir lo correcto, demuestren humanidad y empatía, tomen una postura firme y clara, irradien confianza, honradez y credibilidad, y, por último, conduzcan a sus compatriotas a través de la crisis hasta su resolución final.

Evidentemente cuando llega “la hora de la verdad” nadie desea que su líder titubee, tire de demagogia, sufra de indecisión e indefinición, esté condicionado por intereses personales o políticos, carezca de carisma, no tenga la suficiente formación o experiencia, esté cuestionada su honestidad, no tenga credibilidad, sea irrelevante en el concierto internacional o haya demostrado sobradamente su más que cuestionable habilidad para elegir, repetidamente, el lado equivocado 

Cuando llega “la hora de la verdad” un líder tiene que renunciar a los experimentos, las dudas, la búsqueda de lo políticamente correcto, la demagogia, los trucos y, lo más importante, está obligado a no mentir…

Si me permite, a usted que me está leyendo en estos momentos, le vuelvo a preguntar… ¿De verdad está convencido de que el Gobierno que tenemos es el mejor para usted y para España? ¿Cree que el actual presidente del Gobierno es un digno representante para nuestro país y un buen líder para los tiempos actuales?

Por favor, no hace falta que conteste, tan solo piénselo… Gracias por leerme.                                                                                                                                                                                                                                                                    Ángel Alonso

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