Cuando asocio estas dos palabras casi siempre me vienen a
la cabeza el nombre de dos buenos amigos, dos expertos naturalistas conocedores
de la vida animal.
Por un lado Sergio Hanquet, reconocido fotógrafo y
naturalista marino, y, por el otro, Fernando González Sitges, zoólogo,
criptozoólogo y prolífico director de documentales para televisión. Tanto
Sergio como Fernando, se encuadran en una de las líneas más apasionantes de las
que marcan los proyectos y las acciones del presente y del futuro de la
exploración. Esa línea que apuesta por el conocimiento del planeta y el estudio
de las criaturas que lo habitan.
Con ellos la exploración y la aventura encuentran su razón
de ser en la ciencia, en el conocimiento y en la divulgación, lo que viene a
entroncar directamente con lo que tiene que ser la exploración del siglo XXI.
De todos es sabido que, hoy en día, la aventura, por sí misma, ya no tiene
mucho sentido. Para cualquier proyecto moderno se hace necesario buscar un
argumento y unos objetivos que sean capaces de aportar algo nuevo o diferente.
En sus trabajos y expediciones, sin duda Sergio y Fernando
cumplen el perfil que se espera de un explorador de estos tiempos. El uno en el
medio marino y el otro, generalmente, en el terrestre, ambos son capaces de
internarse en lo más recóndito que pueda albergar la naturaleza, con
conocimientos y una gran capacidad de observación, a la búsqueda de cualquier
pequeño o gran acontecimiento que sirva para avanzar en el conocimiento de la
vida animal.
Su secreto no es otro que la pasión que ponen en todo lo
que realizan y el no perder jamás su capacidad de asombro. Sólo así se puede
ser capaz de bucear bajo el hielo de la Antártida o de perderse en la selva
durante semanas y de, finalmente, asombrarnos y emocionarnos con lo que han
visto a través de los objetivos de sus cámaras y divulgarlo con la perspectiva
de la ciencia y de su propio corazón.
Ángel Alonso
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