Cuenta la leyenda que en las
cuevas del Monte Elgón, situado en plena selva ecuatorial en la frontera entre
Kenia y Uganda, podría localizarse el mito del Cementerio de los Elefantes…
Aunque en su interior no se ha
encontrado el marfil que pudiera esperarse, lo cierto es que las cuevas del
Monte Elgón merecen un estudio por sí mismas. Están situadas en lugares muy
remotos con las entradas medio cubiertas por rocas y vegetación. Hasta que no
se llega hasta ellas es difícil de imaginar cómo consiguen acceder a su
interior animales tan grandes y, en principio, tan poco ágiles como los
elefantes.
Con tan sólo internarse unos
metros en su interior, ya se percibe un mundo siniestro, con el olor ácido de
la muerte. Los efluvios que emanan sus profundidades son, sencillamente,
irrespirables. En su interior no sólo han muerto y se han descompuesto animales
mayores, sino que también, y aquí está la clave de todo, viven decenas de miles
de murciélagos de tres especies diferentes según la cueva en la que se esté. El
ruido que emiten esos animales es capaz de hacer perder la calma a la persona
más templada.
La visión de los murciélagos
cubriendo prácticamente las bóvedas de las cavernas, resulta muy inquietante
por no decir que incluso produce un profundo desasosiego. Pero el mayor
problema son los excrementos… Hay que protegerse muy bien de ellos y evitar
tener el más mínimo contacto ya que, según los últimos estudios ya confirmados,
en los desechos orgánicos de los murciélagos de la zona está el origen de una de las variedades del virus del ébola, algo que
resulta más aterrador y más peligroso que lo que cualquiera haya visto jamás.
La foto que acompaña a este
texto fue tomada el 31 de enero de 2007 en la cueva Kitun, posiblemente la más
interesante del Monte Elgón. Los puntitos luminosos corresponden a los ojos de
miles de murciélagos colgados de la bóveda del techo de la cueva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario