A mediados de la década de los cincuenta, andaba el célebre matrimonio Leakey centrado en sus cosas de paleoantropólogos en su yacimiento favorito de Olduvai, cuando Louis comenzó a mostrar interés en la etología de los primates, como forma de recrear el hábitat en el que vivió el Proconsul, un antropoide muy primitivo que había vivido en la región de la Isla Rusinga hace unos 20 millones de años.
El científico keniata dedujo que las condiciones en las existió el Proconsul podían haber sido muy similares al hábitat y ambiente en el que viven los actuales gorilas y chimpancés… Leakey, que ya llevaba un tiempo buscando observadores y tras alguna infructuosa experiencia, que le llevó a plantearse el hacer él mismo el trabajo de campo de observación, hasta que, providencialmente, conoció a una joven entusiasta británica, llamada Jane Goodall, que atrajo su atención.
En 1957, con apenas veintitrés años y mucho esfuerzo, Jane acababa de cumplir su sueño de viajar a África, gracias a la invitación de una amiga de Nairobi… Una vez en Kenia, entró en contacto con Louis y Mary Leakey y, aunque no contaba con la formación académica adecuada, mostró tanto entusiasmo e interés por el estudio de los animales, que inmediatamente fue contratada como asistente.
Posteriormente y durante un tiempo, Jane Goodall frecuentaría la Garganta de Olduvai acompañando al matrimonio Leakey en la búsqueda de fósiles de homínidos, hasta que Louis le ofreció la posibilidad de estudiar chimpancés en su ambiente natural. Y así, con la humildad con la que suelen empezar las grandes cosas, en julio de 1960, Jane se trasladó al Parque Nacional de Gombe, en Tanzania, acompañada por su madre porque las autoridades británicas no acababan de ver con buenos ojos que una mujer joven viviese sola, sin más compañía que los animales salvajes.
Muy pronto los chimpancés aceptaron a Jane Goodall como una más del grupo y, ante el asombro de todos, la joven primatóloga también comenzó a hablar el lenguaje de aquellos simios, lo que le permitió realizar grandes descubrimientos, de los que, algunos de ellos, acabarían revolucionando el mundo de la Ciencia.
Más tarde, en 1977, fundaría la organización que lleva su nombre, el Instituto Jane Goodall para la Investigación, Enseñanza y Conservación de la Vida Salvaje, con el objetivo principal de impulsar programas de conservación de la especie y mejora de las condiciones de vida de los chimpancés… El resto de su importantísima labor es ya de muchos conocida…
Entre las décadas de 1950 y 1970, Louis Leakey seleccionó y encargó a tres mujeres inexpertas, pero entusiastas y apasionadas por la naturaleza, el estudio de chimpancés, gorilas y orangutanes en sus hábitats… Las tres resultaron ser muy buenas, se convirtieron en referentes para la Ciencia y llegaron a conocerse como “los ángeles de Leakey”. Ellas fueron Jane Goodall, Biruté Galdikas y Dian Fossey…
El pasado miércoles, Jane falleció, de muerte natural, a la edad de 91 años, cuando se encontraba en California como parte de su gira de conferencias por Estados Unidos… El legado de Jane Goodall no solo recoge grandes historias y descubrimientos, sino también enormes enseñanzas que trascienden la investigación académica… Su compromiso con la protección de la vida salvaje, la educación ambiental y su extraordinaria labor de divulgación, han contribuido de forma significativa a que los humanos seamos más conscientes del mundo que nos rodea.
Gracias y hasta siempre Jane… Ángel Alonso
No hay comentarios:
Publicar un comentario