Incluso por encima del Día de la Fiesta Nacional de España, el 12 de octubre es el Día de la Hispanidad… Recordatorio anual del descubrimiento de América, hasta no hace tantos años, era festejado en gran parte del mundo y, de un tiempo a esta parte, es una fecha instalada en el calendario internacional en la que hacer y decir chorradas…
Aunque la efeméride va a quedar eclipsada internacionalmente por la gran noticia del “alto el fuego” en Gaza, también es cierto que este año se ha detectado una menor actividad internacional en contra de lo que significa el Día de la Hispanidad… Sea por la razón que fuere, se agradece esta disminución de intensidad porque, evidentemente, esta discusión no nos ayuda demasiado en nuestra proyección internacional y, lamentablemente, cada vez son más los que pasan de derribar estatuas y verter calumnias a, directamente, ningunearnos…
Todo está interconectado y la actual irrelevancia de España en el concierto mundial, pasa factura. Hemos perdido peso internacional y eso se nota… Como en la física, donde el espacio que es desalojado por un gas o un fluido tiende a ser inmediatamente ocupado por otro, en el inestable orden mundial ocurre lo mismo y de ahí la actual crisis que sufre la idea de la Hispanidad, que parece haber convertido en muy poco significativa, la celebración de una efeméride tan señalada…
Ante el proceso de cuestionamiento y aniquilación, a menudo perversa y cargada de maldad, de todo aquello que tenga que ver con la idea de la Hispanidad, en demasiadas ocasiones hemos ido respondiendo con un buenismo y una ignorancia, instalados durante los últimos años en nuestra en la sociedad, que han dejado al descubierto un retroceso intelectual y la decadencia moral de una sociedad cobarde, incapaz de poner en valor y de honrar con orgullo la herencia histórica transmitida por nuestros antepasados.
Auspiciada y manipulada por oscuros intereses y extendida por las redes sociales, el mundo está invadido por una oleada de intolerancia que ha encontrado en nuestro legado histórico una causa propicia para descargar su frustración y odio… Quienes destrozan estatuas de personajes históricos amparándose en lo, según ellos, políticamente correcto, sin duda representan a una minoría del total de la población, pero hacen mucho ruido y mucho daño.
La oscuridad y la barbarie nunca deberían de superponerse a la luz y la civilización, pero, para ello, hay que dejarse de mentiras y traiciones, saber distinguir lo bueno de lo malo, perder el miedo y recuperar el orgullo que nos hemos ido dejando a girones por las alambradas del tiempo…
Por un momento, imaginémonos una Comunidad Hispanoamericana fuerte y unida, con intereses y objetivos comunes, respetados y con capacidad de influencia en el panorama internacional… Pues eso mismo es lo que algunos ya vieron hace tiempo y que seguirán tratando de evitar a toda costa…
¡¡Feliz Día de la Hispanidad y feliz Fiesta Nacional!! Ángel Alonso
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