jueves, 26 de junio de 2025

Fin de Temporada

Nos vamos de vacaciones en medio de una situación internacional compleja y una España empantanada… En ambos escenarios, la cosa no tiene muy buena pinta y nadie sabe qué va a pasar durante los próximas semanas o meses.

Cabría esperar que, a la vuelta de septiembre, el panorama se fuese recomponiendo, empezáramos a pasar página y comenzáramos a recuperar algo tan anhelado y valioso como es la normalidad… Pero, créanme, no soy nada optimista.

Mientras tanto y como decía al principio, en Objetivo La Luna, hoy nos vamos de vacaciones y, como no podía ser de otra manera, son muchas las sensaciones que se amontonan en este momento…

Por un lado, está la nostalgia del recuerdo de lo vivido. La temporada ha sido intensa y llena de retos, que, francamente, creo que hemos resuelto con bastante acierto… Por ello, llegar a la meta del último programa de la temporada es, justificadamente, motivo de felicitación y agradecimiento al equipo que lo ha hecho posible, todo ello englobado bajo la dulce sensación del “deber cumplido”.

Nuestro estímulo y preocupación sigue siendo el poder ofrecerles, no sólo buenos programas, sino que el de la próxima semana sea mejor que el de la anterior… Y así debe de ser, manteniendo la necesidad de continua renovación y la imprescindible ilusión por los nuevos retos que estén por venir… Sin estos dos ingredientes es difícil que cualquier proyecto prospere.

Durante la próxima temporada Objetivo La Luna cumplirá treinta años de existencia, lo que nos convierte en un programa veterano dentro de la oferta radiofónica española… Ni voy a disimular mí orgullo, ni voy a soltar ninguna pamplina sobre el vértigo y la responsabilidad y cosas así… Tengo muchas ganas e ilusión, tenemos un equipazo y me encuentro lo suficientemente capaz de afrontar con solvencia cualquier reto que se nos pudiese presentar…  Pero, eso sí, la temporada ha sido muy exigente y ahora necesitamos un descanso.

Porque siempre es bueno darse un respiro e introducir un poco de pausa y sosiego en nuestras vidas, que nos permita levantar la cabeza y tomarle el pulso a la realidad. El descanso veraniego no solo es bueno para poder ofrecerles un programa mejor la próxima temporada, sino que también es bueno para tomar conciencia, reflexionar y mirar al futuro, y aplicar nuestro propio criterio para saber lo que es mejor y lo que no.

Suena bien, pero la dinámica de los últimos tiempos nos dice que seguirán pasando muchas cosas y que, de ningún modo, nos van a permitir que podamos disfrutar de un verano tranquilo… Recuerdo y echo de menos cuando, informativamente hablando, los veranos eran aburridos y en las redacciones se las veían y se las deseaban para rellenar los espacios con lo que podían, estirando al máximo las conocidas como “serpientes de verano”.

No sé si a ustedes les pasará lo mismo, pero, en cuanto empieza el calor, echo mucho de menos “las serpientes de verano”.                                                                                                                                                                                               Ángel Alonso

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