Está finalizando la semana de carnavales y ya podemos ir haciendo balance sobre el notable descenso del nivel de alegría entre la ciudadanía… No sólo me refiero a la alegría patria, que ya hace tiempo que nos la quitaron, sustituyéndola con sobredosis de indignación… No… En este momento de “tiempos revueltos”, me estoy refiriendo a la alarmante pérdida de alegría en la ciudadanía de gran parte del mundo.
Teniendo en cuenta que la alegría prolonga la vida y trae salud, su falta traerá la tristeza y la enfermedad… Además de ser el ingrediente principal en el compuesto de la salud, la alegría es el salvoconducto para pasar de una menor perfección a una mayor… Un hombre alegre es siempre amable y la alegría del espíritu señala su fuerza… La ausencia de alegría debilita y nos hace más apáticos y dependientes… Poco a poco nos va extrayendo la energía y, después, nos deja sin alma… y la cosa acaba pintando muy mal… Es hora de activar las alarmas… Nos están quitando la alegría.
Si ya teníamos pocas cosas con las que alegrarnos, nos las están quitando todas… Si bien, tradicionalmente, los carnavales se presentan como unos días para hacer un pequeño paréntesis y pasarlo bien, este año la lluvia, el frío, los “carnavales esperpénticos” de la política patria y los actores Trump y Putin, en los papeles “de malos de serie B”, se han encargado de arruinarlos…
En realidad, todo el reparto de la película es peligroso, da miedo y no se está quieto… Están pasado más cosas en una semana que, anteriormente, en toda una década… y todo se va liando cada vez más. Por ello, al ver a alguien disfrazado y pasándolo bien, le vemos con los ojos condescendientes del que observa una especie protegida, en vías de extinción.
Todo parece indicar que el presidente estadounidense ha cambiado de bando y quiere repartirse el mundo con Putin… Todo ello con un ojo en China y traslado de mentes y energías, hacia el Pacífico…
Nadie sabe qué va a pasar, pero, pase lo que pase, algo se ha roto y ya nada será igual… El que hasta ahora era el garante de la democracia y guardián del mundo libre, de la noche a la mañana, ha dejado de ser un aliado fiable, no para de liarla y da mucho miedo… Me temo que, entre todos, además de cargarse los carnavales, nos han quitado la alegría… Ángel Alonso
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