Solo ha transcurrido algo más de una semana y tenemos la sensación de ha transcurrido mucho más tiempo… Han pasado y están pasando tantas cosas que nuestro subconsciente hace que el tiempo se relativice, que una semana parezcan dos y que lo que quiera que sucediera ayer, ya nos parezca viejo.
Mientras seguimos con el alma encogida, pendientes de las novedades y de las actualizaciones del número de muertos y desaparecidos, el mundo no se detiene y produce noticias sin parar…
Con permiso de las inundaciones de la Comunidad Valenciana, sin duda la noticia más relevante es la holgada victoria de Donald Trump en las presidenciales de Estados Unidos, seguida de la implosión y ruptura en el Gobierno de Alemania y, ya en clave interna, las nuevas entregas del sainete patrio…
Es evidente que el mundo está cambiando y más que va a cambiar… La vuelta de Trump a la Casablanca traerá importantes novedades en el panorama internacional. Muchos opinan que serán malas para Europa y, en especial, para España… Otros creen que no y se aventuran a pronosticar que, en el fondo, Trump es un empresario pragmático, muy ladrador, pero poco mordedor… En cualquier caso, su sola elección ha provocado la devaluación del euro y la caída de las bolsas, en especial, las españolas…
Luego está lo de Ucrania, la OTAN, Israel y China, los cuatro problemas de gran envergadura, a los que dijo que resolvería en menos de una semana… Sea como fuere, soy de los que piensan que puede que asistamos a grandes e importantes cambios pero que, al final, la sangre no llegará al río…
En clave europea, la liquidación del penúltimo Gobierno de izquierdas de la Unión Europea, coincidiendo con el batacazo demócrata en Estados Unidos, confirma que el viento ha cambiado y que, tras Alemania, el siguiente Gobierno en caer será el de España, eso sí, a diferencia de Alemania, caerá con dramatismo y haciendo mucho ruido, luciendo el brazalete de último Gobierno de izquierdas de la Unión Europea, acompañado del teatral victimismo que les caracteriza…
De momento, en nuestra particular adaptación de los “Diez negritos” de Agatha Christie al sainete patrio, el turno le ha llegado al que fuera plenipotenciaria mano derecha del tío del fango al que, parece, las cosas no le están saliendo nada bien y al que, después de su vergonzosa y miserable no actuación en el asunto de la gestión de la DANA, a pocos podría sorprender que le caiga alguna que otra denuncia por denegación de auxilio, dejación de funciones e, incluso, homicidio imprudente…
Dice la sabiduría popular que “no hay mal que por bien no venga” y si ese supuesto mal se llamase Donald Trump y tan solo su simple elección ya ha provocado que el viento cambie y, con el tiempo, termine llevándose al tío del fango y su banda, al bochornoso rincón que la historia les tiene reservado… Pues, ¿qué quieren que les diga? Bienvenido sea… Ángel Alonso
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