No hay un Gobierno igual que el nuestro en
Europa Occidental, posiblemente tampoco en Oceanía, no sé si hay algo parecido
en Asia, es posible que alguno haya en África y sí, en América, especialmente
en la cuenca del Caribe, alguno hay con el que compararnos…
El intenso ritmo de escándalos que, día sí y día también, nos someten el tío del fango y su banda, auguran una amplia oferta de empleo, para los próximos años, en los ámbitos policiales, judiciales y periodísticos.
Aminorada la capacidad de asombro, los estómagos hechos para digerir lo más indigesto y la perplejidad normalizada a base de artes de trile, cuesta tomar distancia y valorar el actual sainete patrio en toda su dimensión y extrema gravedad.
Menos mal que, por muy mal que pinten las cosas y por mucho que “la rosa nostra” haya colonizado y esté infiltrada en instituciones, medios de comunicación y redes sociales, mundo de la cultura y de la educación, industrias y empresas, la economía y cualquier cosa que les pudiera aportar a la hora de controlarlo todo, al final, nunca estará todo perdido porque el Estado siempre acabará defendiéndose a sí mismo…
Eso sí, que nadie espere soluciones audaces a velocidad del relámpago… Al contrario que el tío del fango y su banda, el Estado está sujeto al principio de legalidad, y a las normas y procedimientos del Estado de Derecho, con lo que siempre avanzará más despacio que los que amenazan y se aprovechan de nuestra Democracia.
No perdamos la esperanza y dejemos que la Justicia actúe a su ritmo. Tengamos paciencia, pero tampoco le perdamos la cara a lo que está sucediendo… La situación es muy grave y es el momento de la cordura y, tal vez, de preguntarnos qué país y qué modelo de convivencia queremos para el futuro… y, sobre todo, de preguntarnos seriamente si en ese futuro tienen cabida el tío del fango y su banda… La rosa nostra.
Ángel
Alonso
No hay comentarios:
Publicar un comentario