Nos vamos de vacaciones dejando a España empantanada… Nadie sabe qué va a pasar durante los próximas semanas o meses… pero la cosa no tiene muy buena pinta…
Por supuesto sigo confiando en que el Estado se protege a sí mismo, pero se ha esperado tanto para reaccionar, que me pregunto a cuánto ascenderán los intereses a pagar por tanta inacción… Huele a fin de ciclo, pero ¿cuánto va a durar la agonía y qué coste tendrá el recuperar la normalidad para continuar con nuestras vidas, al menos, como las recordamos?
Cabe esperar que, cuando la cosa se termine solucionando y consigamos pasar página, todo lo sufrido no caiga en saco roto y nos sirva de vacuna para evitar que vuelva a repetirse…
Mientras tanto y como decía al principio, en Objetivo La Luna, hoy nos vamos de vacaciones… Son muchas las sensaciones que se amontonan en este momento… Por un lado, está la nostalgia del recuerdo de lo vivido… La temporada ha sido intensa y llena de retos, por lo que el llegar a la meta es motivo de felicitación y agradecimiento, todo ello reforzado por el renovado sentimiento de amistad de los miembros del equipo, y de dedicación a los oyentes… Todo ello englobado bajo la sensación del “deber cumplido”.
Y por otro lado está la necesidad de renovación y la ilusión por los nuevos retos que estén por venir… Ambas cosas separadas por un breve periodo de descanso que recupere cuerpo y espíritu, y que abra las ventanas, de par en par, a cosas nuevas y a una nueva aventura…
Llevamos unos cuantos años inmersos en un frenesí de acontecimientos que nos mantienen continuamente acelerados y que hace que tengamos la perspectiva de lo que sucedió la semana pasada, como algo que ocurrió ya hace meses… Recuerdo y echo de menos cuando los veranos eran aburridos informativamente hablando, y en las redacciones se las veían y se las deseaban para rellenar los espacios con lo que podían, estirando al máximo las conocidas como “serpientes de verano”.
Precisamente para aprovechar el periodo estival, donde la población está aún más amodorrada de lo habitual, ahora se llevan los veranos agitados, convulsos y cargados de acontecimientos… Vivimos demasiado deprisa y quizás eso sea malvivir… Da la sensación de que nos están pastoreando y que nos llevan a la carrera en transición hacia algo que no sabemos lo que es, pero que, al menos a mí, no termina de convencerme.
Está claro que necesitamos un respiro… Un poco de pausa y sosiego que nos permita levantar la cabeza y tomarle el pulso a la realidad. Un descanso no solo es bueno para poder ofrecerles un programa mejor la próxima temporada, sino que también es bueno para tomar conciencia, reflexionar y mirar al futuro, y aplicar nuestro propio criterio para saber lo que es mejor y lo que no…
Suena bien, pero la dinámica de los últimos tiempos nos dice que tengamos claro que pasarán muchas cosas y que, de ningún modo, nos van a permitir disfrutar de un verano tranquilo…
Como decía antes, echo de menos “las serpientes de verano”.
Ángel Alonso
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