“Todo lo que un hombre sea capaz de imaginar, otro hombre será capaz de realizarlo…” Dentro de algo menos de cuatro años, el 8 de febrero de 2028, se cumplirán doscientos años del nacimiento de Julio Verne, en la ciudad francesa de Nantes.
El célebre escritor, autor de más de ochenta obras que, además, han sido traducidas a ciento doce idiomas, fue un joven rebelde y propenso a la aventura que, desde muy pequeño, sintió una irresistible inclinación por los viajes.
Tanto fue así que, con tan solo once años, intentó fugarse en un navío con destino a la India… En el último instante su padre consigue detenerle en el mismo barco y le hace vivir uno de los momentos más dolorosos de su vida, no por el severo castigo que le aplica, sino por la promesa que su enojado progenitor le obliga a pronunciar: “Nunca más pretenderá viajar más que con la imaginación”.
Bien es verdad que, durante toda su vida, su salud no fue muy buena… sufrió ataques de parálisis, era diabético y acabó por perder vista y oído. Y, por si fuera poco, uno de sus sobrinos le disparó un tiro a quemarropa, dejándolo cojo…
La imaginación… Aquella frase que su padre le obligara a pronunciar, a modo de promesa, tras su intento de fuga, condicionó a Julio Verne… ¡Y de qué manera! Durante el resto de su vida viajó por todo el mundo y vivió las más extraordinarias aventuras, a través de los personajes de sus novelas.
Le apasionaban la ciencia y los inventos de su tiempo y, debido a ello, Verne documentaba al detalle sus obras, dando como resultado la predicción de muchos de los logros científicos del siglo XX. A lo largo de su prolífica carrera literaria escribió sobre submarinos, helicópteros, cohetes espaciales… y, también, sobre misiles dirigidos, imágenes en movimiento o del aire acondicionado…
Ya en pleno siglo XXI, el legado de Verne todavía sigue en la memoria de muchos que descubrimos la lectura y crecimos con el anhelo de, algún día, realizar alguno de sus viajes extraordinarios… Si el siglo XX representa el final del descubrimiento de las tierras emergidas, el siglo actual inicia una época dorada de la exploración de los abismos marinos, de las entrañas del propio planeta y del Espacio.
Las épicas exploraciones de antaño, en las que un reducido grupo de seres humanos era capaz de conseguir grandes cosas, han dado paso a épicas exploraciones en las que un reducido grupo de seres humanos son capaces de conseguir grandes objetivos, pero, eso sí, con la utilización de las últimas tecnologías, el concurso de grandísimos equipos de trabajo y el empleo de grandes cantidades de recursos económicos… En definitiva, tal y como predijera Julio Verne, un futuro ligado a la racionalidad y la tecnología…
Por cierto, el gran Julio Verne también nos dejó una frase lapidaria, perfectamente aplicable a la actual situación política en España: “El porvenir no me inquieta; lo que es duro a veces, es el presente”.
Ángel Alonso
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