El Madrid nunca muere

No hay otro equipo en el mundo, ni en ningún otro deporte, como el Real Madrid… Es muy complicado explicarlo y aún más difícil entenderlo… Tampoco hace falta… El Madrid es el Madrid.

Da igual como llegue y las bajas que tenga, que cuando llega la hora de la verdad en la Champions, su competición favorita, se pone el mono de trabajo y se vuelve un equipo solidario capaz de resistir y sufrir lo que haga falta, con el objetivo siempre puesto en alcanzar la victoria…

Al poco de acabar el partido contra el Manchester City, primero su jugador Federico Valverde y después, su entrenador, Carlo Ancelotti, coincidieron en una frase lapidaria… El Madrid nunca muere.

Y, en cierta forma, siempre es así… Donde otros se rendirían o, al menos, reducirían su intensidad, el Madrid nunca se da por vencido y, cuando peor están las cosas, sacan un pundonor, que es la admiración del mundo del deporte, tirando de casta y heroísmo, hasta convertir el final de un partido en algo místico, imposible de definir.

Dicen los antropólogos que un partido de fútbol, también los demás deportes colectivos, es la escenificación de un combate, no cruento, entre dos tribus, sujeto a unas reglas, y un código de honor y deportividad. Cuando se dan las circunstancias y aparece el Madrid, el espectáculo deportivo alcanza una dimensión casi espiritual, donde la emoción acaba coronada por un chute de orgullo, inmediatamente transformado en gratitud hacia un equipo de fútbol capaz de remover sentimientos y valores que, desgraciadamente, solemos tener aletargados y no reparamos en ellos habitualmente. Pero que son tan necesarios.

El Madrid es muy grande… y, pase lo que pase, siempre lo será… Porque, como dicen sus jugadores y su entrenador, y además están convencidos de ello… El Madrid nunca muere… ¡¡Hala Madrid!!

Ángel Alonso