jueves, 28 de septiembre de 2023

Anábasis

En el año 400 a.C. Jenofonte, un joven guerrero ateniense, discípulo de Sócrates, se enroló, como tantos otros atenienses en un ejército mercenario al servicio del persa, Ciro el Joven, que buscaba vengarse de su hermano, Artajerjes II, con quien tenía cuentas pendientes y a quien deseaba aniquilar para acceder al trono del Imperio Persa…

Pero he aquí que Ciro muere a manos de su hermano en la batalla de Cunaxa, y deja a los mercenarios griegos en una situación desesperada… El destino pone a Jenofonte al frente del ejército mercenario, que pasará a la historia, como el ejército de los Diez Mil que, abandonado y hostigado en pleno corazón del Imperio Persa, deberá realizar su regreso a Grecia desafiando a Artajerjes, a las tribus hostiles de los territorios que atravesaban, al rigor del invierno, al desierto, a las montañas nevadas y al hambre…

En el relato de aquella epopeya, conocida como la Anábasis o La Odisea de los Diez Mil, se recoge la larga marcha desde Sardes, en Lidia, hasta Babilonia, remontando el río Tigris y atravesando Armenia por una ruta de casi cuatro mil kilómetros por territorio enemigo, hasta llegar a la colonia griega de Trapezunte (actual Trabzon, Turquía), en la orilla sur del mar Negro.

En cierto modo la actual situación política española viene a recordar a aquella Anábasis griega, pero con la gran diferencia de que aquí no parece haber ningún Jenofonte que, aunque con penalidades, consiga guiar a casa al grupo de mercenarios enrolados bajo las siglas de un partido, que a veces se podría confundir con una secta, y reclutados por un moderno y ambicioso Ciro, que parece no tener límites y que a lo mejor se para, cuando consiga llegar a ser “rey del mundo”.

Movilizados por una quimera que, como mucho, tan sólo parece interesar a menos del seis por ciento de la población española, el noventa y cuatro por ciento restante vivimos sobresaltados y sometidos por esa minoría, únicamente porque el moderno Ciro ha hecho de ello su causa para unir a los suyos y embarcándolos en una empresa de resultado incierto y de la que, presumiblemente, no saldrá nada bueno.

Como la historia siempre se repite, tarde o temprano, el moderno Ciro caerá sin cumplir su propósito y, entonces, los mercenarios enrolados en ese partido-secta, se verán perdidos y abandonados en el corazón de un territorio hostil y sin ningún Jenofonte que los guíe, porque el moderno Ciro ya los ha purgado a todos.

Es posible que, tan sólo entonces, este nuevo ejército de mercenarios tome conciencia del daño que ha provocado al resto de la ciudadanía, pero es muy posible que, para entonces el daño esté hecho y ya sea demasiado tarde.

Sin causa y sin su particular moderno Ciro, el nuevo ejército de Los Diez Mil, sin un Jenofonte que les guíe, iniciará su penosa Anábasis de retorno a la normalidad constitucional de un país que nadie puede predecir cómo estará dentro de un tiempo.

No sabemos si todavía estamos a tiempo de arreglar el disparate de la política española, pero de no hacerlo, ya sabemos lo que va a pasar, porque este libro ya lo hemos leído…

Ángel Alonso

 

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