Aprovecho a escribir estas líneas mientras
termino de preparar la mochila con lo necesario para sobrevivir unos días,
hasta que todo termine… La situación es de gravedad y no hay minuto que perder…
En cuanto acabe de organizarme, trataré de escapar a algún lugar apartado del
mundanal ruido, a ser posible al interior de una cueva o algo así, donde no
haya cobertura de móvil, ni posibilidad de encontrarme con algún ser humano que
pudiera informarme… De eso se trata, de cortar cualquier comunicación con el
mundo exterior y permanecer aislado hasta que esta pesadilla se acabe… Porque
esa es mi esperanza… que en ocho o diez días finalice el suplicio…
No busco la polémica, ni quitaré la razón
a aquellos que entiendan mi iniciativa como un acto de cobardía, y crean que
debo dar la cara y aguantar pacientemente como cualquier ciudadano… Reconozco
que mi miedo es real y que, al menos en esta ocasión, me temo que no lo puedo
controlar… En mi descargo podría decir que mis defensas están bajo mínimos y
que mi autocontrol ha desaparecido… Dice mi amigo Felipe que a esta situación
se llega tras un insistente y prolongado desgaste, que acaba por derrumbar el
aguante de cualquier persona, por mucha fortaleza mental que exhiba el sujeto
en cuestión… Y no trataré de decir que mi exposición al desgaste ha sido
superior a la de los demás… Tan solo digo que ahora mismo estoy decidido a
acabar con este martirio refugiándome en algún lugar recóndito e inaccesible
hasta que pase este infierno…
Compruebo como el estado de alteración en
el que me encuentro, no me está ayudando mucho a la hora de hacer la mochila
con un mínimo de coherencia… En principio la idea es aguantar algo más de una
semana y creo que, con un poco de racionamiento, ya he guardado comida
suficiente… Pero… ¿y si, por razones sobrevenidas, la condena se prolonga?...
Lo mejor será que me lleve el cuchillo de monte por si me viera obligado a
tener que cazar para comer… Aunque también podría ganar algo de tiempo con
raíces y frutos silvestres… Sin duda lo que peor voy a llevar es la falta de
cerveza, pero es lo que hay… Es una causa de fuerza mayor…
Consulto los mapas por última vez antes de
guardarlos y trato de memorizar la ruta hacia el lugar al que, desde ahora,
considero el Santuario… Por supuesto
también he tenido en cuenta otro lugar alternativo, al que he llamado el Santuario II, por si en la primera opción
no hubiese agua o, por mala fortuna, me pudiese encontrar allí con un nutrido
grupo de refugiados que, al igual que yo, hubiesen optado por huir y ponerse a
salvo, mientras las fuerzas y la cordura nos lo permitan…
Mi amigo Felipe quería venir conmigo, pero
he conseguido convencerle de que juntos no tendríamos ninguna posibilidad… Una
vez tomada la decisión hay que moverse con rapidez, tratando de alcanzar la
mayor distancia, en el menor tiempo posible… El problema es que mi amigo Felipe
es un poco pesado a la hora de quedar, para lo que sea, y no tiene muy
arraigado el sentido de la formalidad… Lo tengo claro… Tengo que salvarme y,
por ello, huiré solo…
En el último momento consiento en llevarme
un pequeño transistor con la intención de, una vez al día, a partir del próximo
lunes, sondear el panorama radiofónico hasta asegurarme de que todo ha pasado… Solo
entonces regresaría a mi domicilio habitual, volvería a relacionarme con
personas y, lo más arriesgado, poco a poco volvería a ver la tele, escuchar la
radio y leer la prensa…
Creo que ya estoy listo para iniciar mi
fuga… Soy consciente de la gravedad de mi decisión, pero me domina el terror
que me provoca la idea de tener soportar durante esta semana lo del truño de Eurovisión y al par de moñas que nos representan…
Me voy… Disculpad mi falta de dignidad,
pero, por favor, entendedme… Ya no aguanto más…
Ángel Alonso
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