lunes, 9 de octubre de 2017

La ira de los dioses

Ya lo decían los antiguos romanos hace ya algunos siglos… Cuando un general o el propio emperador regresaba triunfante tras una exitosa campaña militar, era costumbre que se organizase un desfile triunfal para su entrada en Roma… El principal homenajeado devolvía los saludos al pueblo desde un carro semicircular tirado por cuatro briosos caballos, mientras el gentío gritaba enfervorecido lanzando loas en favor del triunfador, triumphator, que regresaba a casa tras añadir territorio y fortuna a las arcas del imperio…



Recorrer las principales vías de la ciudad siendo aclamado por la multitud que se agolpaba al borde de la calzada para honrarle, debía de ser tan impresionante para el homenajeado que, no sería extraño pensar, le produciría tal subidón de autoestima que podría llegar a creerse el rey del mundo o, quizás, una divinidad o algo así…

Fue por eso por lo que, para intentar que el general triunfador mantuviese en lo posible su contacto con la realidad, surgió la figura de un esclavo que le acompañaba en el carro, inmediatamente detrás de él, y que sosteniendo los laureles de la victoria sobre la cabeza del triumphator le recordaba constantemente la fórmula: Respice post te, hominem te, ese memento… Lo que viene a significar algo así como: Mira atrás y recuerda que sólo eres un hombre… La función del esclavo era evitar que, en la apoteosis del homenaje, el general pudiese a llegar a creerse una deidad, pudiendo despertar así la ira de los dioses

Trasladando el símil a la actual situación de Cataluña y salvando las distancias con los antiguos generales romanos que regresaban triunfantes aportando territorios y riquezas a la República, y más tarde al Imperio, es posible que, aclamado hasta el delirio por los independentistas, el presidente catalán no ha dispuesto del esclavo que debía irle recordando su condición humana…

El problema ha sido que, a diferencia de los generales romanos, el presidente catalán no ha aportado ningún tipo de riqueza a su Comunidad Autónoma, sino todo lo contrario, y sí ha traído la desgracia para los ciudadanos de Cataluña… Lo que está ocurriendo con la salida de empresas y bancos, recuerda a la época tardía del Imperio con el traslado de la capital de Roma a Constantinopla… Y todo apunta que, si no se pone remedio y con la población enfrentada, asistiremos a las invasiones bárbaras y al saqueo de lo que quede en pie…

Es muy triste… Son tiempos difíciles de catarsis y sufrimiento para todos, ocasionados por un solo hombre que quizás llegó a pensar que había dejado de serlo y que ello le facultaba para saltarse la ley y romper la convivencia para satisfacer sus delirios divinos…

Lo que nos queda por aclarar es, ¿por qué leches se le organizó un desfile triunfal sin ser un triumphator?... Conviene recordar que ni tan siquiera se presentó a las elecciones… Y llegados a ese punto, ¿por qué a nadie se le ocurrió ponerle un esclavo que le acompañara a todas partes recordándole que tan sólo era un hombre y que, por su condición, debía de acatar la ley como todos los demás?

Lástima no haberlo hecho, porque quizás así hubiéramos evitado la ira de los dioses


Ángel Alonso

1 comentario:

  1. Cierto es que al ser humano siempre se nos debe estar recordando, constantemente, cual es nuestra verdadera condición, que no es muy distinta a la de todos los demás. El hecho de tener esto claro, es lo que diferencia al triumphator del esclavo. O al esclavo del triumphator?

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