Tras la pista de uno de los grandes secretos de la
historia, el lugar en el que reposan los restos del hombre cuyo
nombre inspiró terror desde el Océano Pacífico, a Europa del Este y desde la
tundra siberiana, a las junglas de la India.
Antes de convertirse en el rey de reyes de los mongoles y lanzarse a la conquista del mundo, tan sólo era conocido con el nombre de Temujin, que podría significar algo así como “forjador de hierro y acero fino”. Un coágulo de nacimiento en una mano auguró que sería un gran líder.
Antes de convertirse en el rey de reyes de los mongoles y lanzarse a la conquista del mundo, tan sólo era conocido con el nombre de Temujin, que podría significar algo así como “forjador de hierro y acero fino”. Un coágulo de nacimiento en una mano auguró que sería un gran líder.
Corría el mes de
agosto de 1227 cuando Zhao Xian, rey de Xia del Oeste, rendía sus armas ante el
hombre más poderoso del planeta, el Emperador
de la Tierra y Señor de todos los Océanos, el rey de reyes de los mongoles, el hombre que casi ochocientos
años después el prestigioso diario estadounidense Washington Post considerase
como el personaje más influyente del segundo milenio: Gengis Khan.
Zhao Xian acudió
al campamento del Gran Khan cargado de todo tipo de valiosos presentes,
hombres, mujeres, camellos y caballos, con la esperanza de que el Señor de los mongoles aceptase la
rendición y perdonase la vida a Zhao Xian y a sus súbditos. Pero Gengis Khan no
apareció en la cita y, dicen, permaneció indispuesto en el interior de su ger imperial durante la ceremonia de la
rendición. Tres días después Zhao Xian fue ejecutado y todo su pueblo fue
exterminado de la faz de la Tierra.
Tras aquello el
ejército mongol levantó el campamento e inició el camino de regreso a Mongolia
y dice la crónica oficial de los mongoles que, durante el viaje, Gengis Khan
murió. Sin embargo otras versiones aseguran que Temujin, su verdadero nombre,
había muerto antes de la rendición de Zhao Xian y que la noticia fue ocultada
por temor a las consecuencias que pudiera acarrear en plena campaña contra los tanguts.
Las causas de su
muerte tampoco están nada claras… Hay quien dice que bien pudo fallecer como
consecuencia de las heridas sufridas al caer de su caballo durante una cacería,
o también se podría dar por cierta la versión por la que el supremo jefe mongol
murió el 18 de agosto 1227, postrado en el lecho de su ger imperial, por causa del tifus.
Sea como fuere,
parece ser que la comitiva se puso en marcha hacia un destino que el propio Gengis
Khan ya había elegido con anterioridad, posiblemente en la actual provincia
mongola de Henti, el lugar en el que creció. Según una de las leyendas que nos
han llegado hasta nuestros días, parece ser que un carromato cargado de pescado
acompañó al que llevaba el cuerpo del Khan para evitar que el olor lo delatara.
También se dice que, siguiendo una vieja tradición que se practicaba en los
funerales de los khanes mongoles, durante el avance de la comitiva se fue
ejecutando a todo ser vivo que se cruzó en su camino.
Se cree que el enterramiento
de Gengis Khan se pudiera haber realizado en la zona delimitada entre los ríos
Onon y Herlen, y la montaña de Burjan Jaldún, un lugar sagrado para los
mongoles y un sitio entrañable para Temujin por haber tenido que ocultarse en
ella, para huir de sus enemigos, durante su juventud.
Según reza en la
Historia Secreta de los Mongoles, un
libro escrito en 1240 tras la muerte del Gran Khan, cuarenta doncellas vírgenes
y los cuarenta mejores caballos fueron sacrificados para que acompañaran al
difunto en su última morada. Además algunos de los mejores guerreros también
decidieron suicidarse siguiendo así a su jefe. Dicen que, al terminar el
enterramiento, más de mil jinetes galoparon varias veces por encima de la tumba
hasta que el terreno quedó irreconocible y las marcas del enterramiento
desaparecieron. Se cree que todos aquellos que habían participado en la
exhumación o que conocían el emplazamiento de la tumba fueron ejecutados y que,
posteriormente, también fueron asesinados los ejecutores de estos para asegurar
así que la localización de la última morada del Señor Universal quedara para siempre perdida y envuelta en el
misterio.
Quizás motivado
por la vieja leyenda según la cuál, antes de morir, el propio Gengis Khan
auguró que el día en se encontrasen sus restos la nación mongola desaparecería,
lo cierto es que los propios mongoles jamás han facilitado el trabajo de
aquellos que, a lo largo de la historia, se han aventurado a su búsqueda.
Algunos arqueólogos piensan que, junto a los restos de emperador mongol
envueltos en su armadura y sus armas, también pudiera encontrarse un gran ajuar
repleto de riquezas.
La realidad es
que, por unas razones o por otras, la tumba más buscada de la Historia, junto
con la de Alejandro Magno, aún no ha sido encontrada, aunque hay quien sospecha
que quizás sí y que su situación constituye un auténtico secreto de estado para
las autoridades mongolas, que ponen toda clase de impedimentos para impedir, a
toda costa, que el enterramiento sea encontrado.
Según los
últimos estudios es posible que Gengis Khan eligiera la ubicación de su tumba
en las inmediaciones de una gran roca, con forma de halcón, situada entre
colinas en el pequeño valle de Ustinaam. Las razones que impulsan a creer que
la tumba puede encontrarse por aquel lugar, vienen del hecho de que fuera la
zona en la que el joven Temujin creció y porque el halcón era el animal
totémico de su pueblo paterno, el clan
borjiyin. Posteriormente la figura del halcón lució en sus banderas como
emblema del imperio terrestre más grande de la Historia.
En cualquier
caso y con el avance de la tecnología, es posible que algún día la noticia del
hallazgo de la tumba del que es uno de los personajes más grandes de todos los
tiempos, abra todos los informativos y las portadas de los periódicos. Un
premio con el que muchos sueñan y que constituye uno de los retos más
importantes de la arqueología actual. Un logro que, si se consiguiese algún
día, aportaría muchas respuestas sobre un personaje que, movido por la
necesidad de supervivencia, consiguió unificar a las tribus de la estepa y las
lanzó a la conquista del mundo.
Ángel Alonso
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