El tórrido sol del desierto, la lluvia incesante y la
elevada humedad de la selva ecuatorial, un temporal con olas en medio del
océano, una tormenta de nieve en alta montaña, un descenso brusco de temperatura
en una zona ártica… Todas ellas son circunstancias en las que necesitaremos
ponernos a prueba y superar el desafío para mantenernos con vida.
Sin apenas darnos cuenta, en medio de estos retos
recuperaremos nuestro instinto ancestral de supervivencia y sentiremos el miedo
necesario que nos mantendrá alerta y con la tensión suficiente para poder
superar las dificultades que pudieran presentarse.
Por muy mal que lo pasemos, llegará un momento en el que
empezaremos a sentirnos parte de lo que nos rodea y comenzaremos a actuar con
solvencia guiados por un manual interior que nos va diciendo lo que tenemos que
hacer.
El superar la experiencia nos dará un sentimiento de
enorme satisfacción… Una placentera sensación distinta a cualquiera de las que
podamos vivir habitualmente… Una evocación surgida de nuestros genes
ancestrales, que nos integra en la naturaleza y que nos devuelve a lo que hace
mucho tiempo fuimos: tan sólo unos habitantes más de un planeta que todavía
estaba por descubrir.
Ángel Alonso
Ángel Alonso
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