Durante el siglo XIX la expresión “El Gran Juego”, acuñada por Arthur Conolly, militar y oficial británico de inteligencia y popularizada por el escritor Rudyard Kipling, en su novela “Kim”, publicada en 1901, era utilizada para describir la rivalidad entre el Imperio Ruso y el Imperio Británico en su lucha por el control de Asia Central y el Cáucaso…
Esa misma rivalidad fue denominada por el lado ruso como “El Torneo de las Sombras” y se concretó en una carrera por la supremacía desde 1813, hasta 1907, año en el que se estableció la Triple Entente… El Imperio Británico buscaba expandir el Imperio Indio y proteger sus intereses allí, mientras que el Imperio Ruso quería un acceso al Océano Índico y a las riquezas minerales de Asia Central…
Aquella rivalidad se apaciguó con el avance ruso en el Asia Central y el británico en el norte de la India, acercando las fronteras de los dos imperios en la región del Pamir y disponiendo la independencia de un “estado tapón” que evitar compartir límites… Afganistán.
Décadas más tarde, a finales de los setenta, los rusos, reconvertidos en soviéticos, quisieron terminar el trabajo, invadiendo Afganistán con el propósito inconfesable de, por fin, anexionarse el corredor que les abriera la salida al Océano Índico… Aquel “Vietnam soviético” acabaría como “el rosario de la Aurora” en 1989 y la posterior disolución de la Unión de Repúblicas Soviéticas…
Era el turno para las guerras de Oriente Medio, la Primavera Árabe, Al-Qaeda, el Estado Islámico, el surgimiento de las dos potencias hegemónicas en la zona: Irán y Arabia Saudí, el actual expansionismo ruso y la invasión de Ucrania, la ascensión de China a segunda potencia mundial, la pandemia del COVID 19… La crisis económica, la reactivación del eterno conflicto palestino-israelí, el auge y caída de la cultura woke, el ocaso de la socialdemocracia, la falta de liderazgo en Europa, el hundimiento del Partido Demócrata estadounidense, el ascenso del Partido Republicano y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca…
Parece que todo ha cambiado, pero en realidad todo sigue igual, solo que es una versión actualizada de “El Gran Juego”, algo así como una versión 2.0 con nuevas reglas y diferentes jugadores… Avanzamos hacia otra era bipolar, con Estados Unidos y China, como nuevos líderes mundiales, en la que el resto de participantes, aún con las piezas desparramadas y más después de “la patada al tablero” de Donald Trump, deberán de manejar sus opciones y, tarde o temprano, decidir en qué bando de la partida se sitúan…
Azuzada por los dos líderes rivales de este nuevo “Gran Juego”, la carrera por la hegemonía mundial ha entrado en una etapa crucial, en la es imposible saber con exactitud cómo va a bascular el equilibrio de poder a lo largo de los próximos años… Y habrá que estar muy atentos porque, durante este “Gran Juego 2.0”, las luchas por el poder geopolítico han comenzado a liberarse de las restricciones terrestres y ya se proyectan hacia el Espacio…
Se acercan tiempos difíciles caracterizados por nuevas alianzas políticas, económicas y también sociales, en un mundo con muchas y variadas fuentes de inestabilidad… Sólo de haber aprendido de los errores del pasado y de aceptar los beneficios de la cooperación internacional, podremos mantener la esperanza en los nuevos tiempos.
Ángel
Alonso
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