jueves, 12 de octubre de 2023

El camino hacia la libertad

Menuda semanita… Quien, actualmente, espere que el mundo recupere la cordura, que abandone toda esperanza. Tal y cómo evolucionan los acontecimientos, la cosa pinta muy mal…

Creíamos que ya lo teníamos mal con la guerra de Ucrania, con el cambio climático, con la emigración desbordada, con la subida de los tipos interés, con la subida de los precios en general… Pues ahora ya lo vamos teniendo peor con la nueva guerra en Oriente Próximo, el culebrón independentista y el apego al poder, al precio que sea, de un tipo sin escrúpulos y sin dignidad.

La degradación de las instituciones y la rendición de la nación más antigua de Europa, puesta al servicio de los intereses y las aspiraciones personales de un solo individuo, sólo puede presagiar un futuro muy oscuro.

La casualidad ha querido que estos días difíciles hayan coincidido en el tiempo con nuestro Día de la Fiesta Nacional, también conocido como día de la Hispanidad, a cada año, una celebración que cada vez parece ir a menos y que algunos aprovechan para hurgar en nuestros complejos, lanzando insidias y mentiras sobre nuestra historia y sobre nuestros antepasados.

Da la sensación de que hemos aceptado que nos merecemos todo lo malo que nos venga por delante, como penitencia merecida por todas las desgracias que le hemos y estamos ocasionando al mundo. Por “tierra, mar y aire”, continuamente nos bombardean la cabeza con el relato de que un extremeño debe de asumir su condición de ciudadano de segunda, o que otro de Cuenca acepte que sus impuestos sirvan para beneficiar a los de siempre, o que un zamorano vaya asimilando que somos un país de despiadados opresores, enemigos de la democracia y de la libertad.

Pero, por favor, no se haga mala sangre, ni se deje abatir por la tristeza y la melancolía… Al fin y al cabo, tenemos lo que hemos votado, pero, no sin dejarnos un montón de pelos en la gatera, si nos lo proponemos, podremos salir de ésta, precisamente, votando otra vez.

Hemos llegado al punto en el que la ignorancia está cada vez más generalizada y, como van a retirar el estudio de la Historia de los planes educativos, además de ser cada vez más tontos, seremos cada vez más maleables y más manejables a los intereses de unos pocos… Al alejar a los ciudadanos del conocimiento de la historia, les despojarán de la raigambre, del sentimiento de pertenencia a la tribu y del reconocimiento a los antepasados… En definitiva, se trata de erradicar de los futuros ciudadanos el espíritu de nación y sustituirlo por un batiburrillo de ideas prefabricadas que nos deben de llevar, como borregos, por el camino que alguien, nada democrático, determine.

Por eso, ahora más que nunca, necesitamos conocer nuestra historia y saber todo aquello que necesitemos para tener criterio propio. Porque ya lo dijo Sócrates: “la verdad os hará libres”. Solamente siendo conscientes de la realidad que vivimos, podremos establecer el camino hacia la libertad.

Ángel Alonso

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