jueves, 16 de diciembre de 2021

El Gafe

Hace poco más de un mes el presidente del Gobierno predijo en el Congreso que estas Navidades iban a ser mejores que las pasadas… Menos de cuarenta días después aquí estamos, intentando capear una sexta ola de la pandemia, gran parte de España inundada, con la inflación y el IPC desbocados, con el gas y el recibo de la luz en máximos históricos, con la gasolina y el diésel por las nubes, con la amenaza de huelga del sector del transporte y sus consecuencias, con un hartazgo social evidente, y una incompetencia y sectarismo gubernamental, propios de regímenes totalitarios…

Por otro lado, después de varios viajes del presidente a la isla de La Palma en la que, a cada visita, pareciera que el volcán de Cumbre Vieja se volviera más violento, soltando más lava y aumentando su sismicidad… Ha sido dejar de ir por allí y, aunque habrá que esperar unos días para confirmarlo, da la sensación de que el volcán ha cesado su actividad…

¿Casualidad? Es difícil saberlo, pero lo cierto es que desde que Pedro Sánchez llegó al poder, por la puerta de atrás, en España no hemos levantado cabeza y todo ha ido de mal en peor… Desde que este hombre es presidente del Gobierno la sucesión de desgracias y de catástrofes naturales que estamos padeciendo parecen no tener fin…

Es tal el tino exhibido a la hora de hacer anuncios y de prometer cosas, que cada vez son más los sectores que prefieren pasar desapercibidos, en el mayor de los anonimatos y abandonados a su suerte, tratar de sobrevivir sin llamar la atención, a que el presidente se acuerde de ellos, les prometa algo o les anuncie alguna prebenda, y con ello quedar condenados, irremediablemente, a sufrir todas clase de calamidades…

Lo cierto es que el asunto ya empieza a ser sospechoso y cada vez son más los que piensan que Pedro Sánchez es gafe, es decir, que es una persona desafortunada y que su presencia se considera que acarrea mala suerte a los demás… En este caso a nosotros, a los españoles.     

Los partidarios de esta hipótesis se apoyan en que tanta catástrofe natural seguida no es normal, que todo lo que anuncia le sale mal y que es imposible gestionar tan deficientemente, porque incluso, y según un estudio matemático, equivocándose alguna vez, aunque fuese de chiripa, algo le debería de salir bien… cosa que hasta el momento no ha sucedido.

Así que, con las Navidades encima, en medio de una epidemia; asolados por sucesivas catástrofes naturales; con una deuda que no levantarán ni las dos próximas generaciones; con las inversiones a la fuga ante un panorama económico, fiscal y laboral incierto; con una crisis social cada vez más enquistada; con una irrelevancia internacional que provoca el bochorno; y, en definitiva, con un futuro inmediato que no presagia nada bueno, intentemos disfrutar del momento, no sea que, al estar tan gafados, lo peor aún esté por venir…                                                                                                                                                                                                                      Ángel Alonso

 

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