Admitamos que España está en plena ruina económica y con una larvada crisis social que ya empieza a aflorar en varios sectores y lugares de nuestra geografía patria.
Con una inflación galopante, una deuda desbocada, un gasto insoportable y una degeneración democrática e institucional, que son un escándalo y una vergüenza, otra vez vuelven a recalentar y servir el asunto de Franco.
Como estará de grave el asunto de la deuda, las pensiones, el recibo energético, el desempleo, la incipiente agitación social, el asomar de las orejas de una sexta ola de la pandemia y, en definitiva, los negros nubarrones que cada vez oscurecen más el panorama, según nos aproximamos a la Navidad, que de nuevo vuelven a poner en marcha otra gigantesca operación de propaganda sacando a pasear el recurrente asunto de Franco, la Guerra Civil y la Memoria Histórica.
Sin ideas e incapaces de solucionar nada, vuelven a agitar el espantajo de alguien que lleva cuarenta y cinco años muerto, y de una dolorosa confrontación entre españoles que terminó hace ochenta y dos, y de la que la sociedad ya se reconcilió y pasó página hace mucho tiempo.
Por eso llama la atención el porqué, en medio de la enorme crisis que estamos padeciendo, donde todo apunta a peor y las buenas noticias apenas existen, se vuelve a buscar polarizar a los ciudadanos, provocando potentes tensiones que amenazan nuestra democracia, desempolvando un manido debate artificial que, por sí mismo, es una clara agresión a la convivencia.
¿Por qué precisamente ahora que estamos ya exhaustos de luchar en inferioridad por el día a día? Quizás la respuesta es más sencilla de lo que parece… Sin duda se trata de una nueva huida hacia adelante. Saben que lo que proponen no va a tener recorrido legislativo, pero el trampear haciendo ruido es de lo poco que les va quedando para intentar remontar en un horizonte electoral del que, comienzan a darse cuenta, van perdiendo opciones a medida que avanza el tiempo.
Se trata del viejo y sobado truco de cabrear a Vox, para movilizar a la izquierda, desgastando al Partido Popular… Al grito de “que vienen los fachas”, volverán a intentar radicalizar a su potencial electorado que, ellos suponen, votarán irracionalmente convencidos de que es preferible malvivir desahuciados, debajo de un puente, a que gobierne una supuesta e inexistente ultraderecha, cuando, en realidad, la alternancia es la centralidad y la moderación.
Es difícil saber si volver a sacar a pasear el espantajo de Franco, podría tomarse como un indicio de que un adelanto electoral es posible… Pero si lo fuera, lo que sí es muy dudoso es que el comodín de la Guerra Civil y la Memoria Histórica les vaya a funcionar. Como a los malos magos, con escaso repertorio y de tanto utilizarlo, se les ha visto el truco y, en lugar de retirarse, prefieren llevar su patético espectáculo hasta el final, aunque solo sea por seguir cobrando.
Ángel Alonso
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