Aquella melodía de trompeta sonó durante
toda la noche, una y otra vez, y transmitía un mensaje nítido a los confinados
en la antigua misión española que, al poco, pasaría a la historia como símbolo
de determinación y sacrificio. El mensaje hacía saber que al amanecer se
lanzaría el ataque final y que no habría prisioneros. Es decir, no habría
piedad y los que no murieran en el fragor del combate, morirían degollados.
Sin entrar en detalles de la calidad
musical de aquella serenata, se podría suponer que, a los tejanos, además de
perturbarles el descanso nocturno, la cancioncita les introduciría cierta
preocupación y desconcierto. Mientras que los soldados mejicanos, en una clara
posición de superioridad material y numérica, la insistente melodía puede que
les infundiera el fervor en la sangre del ventajista, de quien piensa que los
que van a morir son los otros… Da igual cómo…
El caso es que aquella melodía pasó a la
historia, recogida en brillantes bandas sonoras del cine, como Río Bravo
o Por un puñado de dólares, como el mensaje final del matón, en posición
de poder, para aquel que se resiste a acatar su voluntad, es decir, rendirse…
Es como meter el miedo en el cuerpo al que resiste, advirtiéndole, a modo de
tortura previa, de que va a pagar muy cara su afrenta por haber desafiado los
planes del poderoso…
Pues bien, esta mañana Sánchez ha encargado
tocar la Canción del Degüello dedicada al PP… Casado le ha desafiado al
informarle que, el próximo miércoles en el Congreso, su partido no va a votar a
favor de prorrogar el estado de alarma y parece que eso no ha sido del agrado
del actual presidente del Gobierno.
Al igual que decidiera el general Santana
con El Álamo, el Doctor Sánchez ha decidido que ha llegado el momento de dar un
escarmiento a los díscolos, y qué mejor que concentrarlo en el líder de la oposición
y su “desleal” partido. Por eso hoy, desde media mañana, la orquesta
sanchista toca y toca sin parar, una y otra vez, el mismo y machacón
soniquete contra Casado y su formación. Sobre la melodía clásica de desgaste e
infamia, se adornan destacados solistas, enriqueciendo la banda sonora con
consagrados repertorios de mentira y chantaje… Hoy han sido Ábalos y Echenique…
Mañana puede que Iglesias y Lastras… El altavoz mediático hará que el mensaje
de la Canción del Degüello llegue a su destinatario, como escarmiento, y
que también llegue con nitidez al resto de la población española. Se trata de
que el PP llegue exhausto y desmoralizado al pleno del Congreso del miércoles,
en donde Sánchez lanzará su predecible ataque sin piedad, en el que no hará
prisioneros, comenzando por concentrar el fuego en el líder popular,
aumentando así la sensación de pánico en el partido de la oposición.
Es posible que los estrategas
monclovitas hayan previsto una carnicería política de las huestes
populares que, además, intimide y disuada a otros posibles desafectos de
futuros conatos de rebeldía. Por si acaso la maquinaria comunista
seguirá a todo lo que da y no cejará en su empeño para acabar con cualquier
foco de resistencia.
En los oídos de Casado suena y suena, la misma
melodía… Es lógico y normal que esté preocupado por su futuro político y el de
su partido… Pero, si aspira a desvelarse como un buen estadista y ser digno de llegar
a presidir el Gobierno algún día, quizás ha llegado el momento de pensar en lo
mejor para España y actuar en conciencia… Es su responsabilidad y no será nada
fácil… Ya no hay vuelta atrás porque, al fin y al cabo, Sánchez le ha dedicado,
y ya suena sin parar, la Canción del Degüello.
Ángel Alonso
No hay comentarios:
Publicar un comentario