Se nos va el 2014… Tan sólo quedan unas
horas para que dejemos atrás un tiempo que, para lo bueno y para lo malo, jamás
volverá.
Cada vez somos más veteranos en esta
aventura ineludible que es nuestro paso por el mundo y sería de ingenuos pensar
que con la llegada del nuevo año se abre una nueva época en la que todo
mejorará y “viviremos felices y comeremos perdices”…
Si el 2014 ha sido un año muy duro,
seguro que el 2015 no lo va a ser menos… El mundo está más interconectado que
nunca y es por eso que cualquier acontecimiento, incidente o crisis, que suceda
en cualquier lugar del mundo, repercute en el resto como si de un todo se
tratase.
Esa globalidad que claramente nos
beneficia, también hace que cualquier convulsión negativa nos afecte… La marcha
de la economía, el terrorismo, el hambre, la desigualdad, la discriminación,
son el reactivo que cambia al mundo todos los días y lo llevan por caminos con
un destino poco claro. Aunque a veces no nos demos del todo cuenta, nosotros
también cambiamos junto con el mundo y esto hace que ya nunca volvamos a ser
como éramos antes.
Pero también es obligado destacar que
cada año el mundo avanza en la unidad y colaboración entre los estados, se
consolidan las bases para la consolidación de una nueva política y una mejor
economía, se consiguen importantes logros científicos y, estoy seguro, se
trabaja en alcanzar un mundo cada vez más justo, más libre, más solidario, y en
donde las oportunidades y los recursos estén cada vez más repartidos.
La llegada de un nuevo año hace que,
inevitablemente, un cúmulo de proyectos se agolpe en nuestras cabezas y que una
renovada aureola de ilusión empape el ambiente. Impulsados por la esperanza,
las ganas por descubrir nuevos caminos se adueñan de nuestros corazones y,
alimentados por una energía especial, somos capaces de llenar cuadernos de
propósitos para los próximos doce meses… Eso se llama ilusión.
Quedan pocas horas para que finalice el
2014 y también es el momento de recordar a aquellos que ya no se encuentran
entre nosotros y, precisamente por lealtad a su esfuerzo y a su memoria, de
mirar al futuro y de reafirmarnos en el papel que nos corresponda, para
continuar avanzando en el camino común que es la vida.
Por mi parte, aunque en esta ocasión no
tenga mucho ánimo debido a la reciente pérdida de un ser muy querido, cuando llegue
el nuevo año brindaré con el convencimiento de que aún lo mejor está por llegar
y que todos nosotros estaremos allí para hacerlo posible…
¡Feliz y Próspero Año Nuevo 2015!
Ángel Alonso
No hay comentarios:
Publicar un comentario