De todos es sabido que la
sociedad siempre ha demandado y demandará héroes, y, cuando no los tiene, se
los inventa.
Hoy día valores tan positivos
para el ser humano como son el espíritu de sacrificio, la capacidad de
sufrimiento, las ganas de conocer, el compañerismo, la solidaridad, el afán de
superación, la búsqueda del bien común o la capacidad de trabajo, que resultan
imprescindibles para el desarrollo del ser humano, al menos en el concepto
clásico de la palabra, son sustituidos por otras estimaciones mucho menos
deseables que, a medio plazo, pueden acabar en frustración.
En los tiempos que corren y,
sobre todo, gracias o por culpa, principalmente, de la televisión, se nos
ofrecen unos modelos de conducta y una serie de personajes, poco edificantes,
cuyos méritos no van más allá de haberse acostado con alguien, participar en un
concurso o protagonizar algún tipo de escándalo… El espejo en el que en la
actualidad se están mirando nuestros jóvenes es tan nocivo que hay quien ya
piensa que no vale la pena estudiar y su objetivo en esta vida es ser famoso,
sea como sea.
Por todo esto es por lo que el
mundo de la aventura debería ocupar el lugar del que siempre ha dispuesto desde
el origen de los tiempos, proporcionando a la sociedad héroes mucho más
auténticos en los que fijarse, en lugar de los personajes zafios y vacíos que,
hasta la saciedad, nos presentan en los medios de comunicación.
Al menos por nuestra parte,
intentaremos poner nuestro granito de arena para procurar presentarte héroes
auténticos en los que fijarnos y con los que seguir disfrutando.
Ángel Alonso
No hay comentarios:
Publicar un comentario