martes, 18 de junio de 2013

El dilema de la vida

En algunas ocasiones, el hombre se ve atrapado por un serio dilema… Por un lado nuestra naturaleza animal nos obliga a huir del peligro y, sin embargo, al mismo tiempo, a veces sentimos la necesidad de desafiarlo, de enfrentarnos a él.



Junto con el resto de los seres vivos, todos estamos condenados a morir, pero es posible que quizás seamos el único animal que sea consciente de ello… Pero es precisamente esa consciencia sobre nuestra mortalidad, el saber que existe una oscuridad que nos aguarda al final del camino, la que da sentido a la luz, la que hace que la vida se convierta en una aventura apasionante e irrepetible que debemos de apurar hasta el último sorbo.

En nuestra existencia el placer y el dolor siempre van unidos y no existe lo uno sin lo otro… Todas las cosas que nos aportan felicidad y alegría, también pueden hacernos sufrir. No se puede pretender obtener un grado de satisfacción sin estar dispuestos a pagar un precio adecuado en sufrimiento y esfuerzo. No podemos amar intensamente sin el temor a ser rechazados. Siempre apreciamos más, aquello que más nos ha costado…

Así es el camino que tenemos que recorrer desde que nacemos. Un itinerario lleno de sorpresas y, también, de monotonías… Un trayecto a veces muy duro y otras más cómodo… Un recorrido lleno de alegrías, pero también de malos ratos… Una distancia que debemos de cubrir con amor y pasión… ¡Así es la aventura!... ¡Así es la vida!... 
                                                                                                               Ángel Alonso

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