Acaba de saltar la noticia del hallazgo de restos humanos maniatados en un yacimiento arqueológico en Canarias, concretamente en un acantilado de Caleta de Arriba en Gáldar, en la isla de Gran Canaria. La manera tan peculiar en la que estaban posicionados los restos, en concreto, de seis hombres, no sólo con las manos atadas, sino también boca abajo, y los rasgos singulares que parecen indicar que los restos de humanos descubiertos son de un origen desconocido y de una posible época distinta a la prehispánica, tienen revolucionada a la comunidad científica, pues, sin duda, es un descubrimiento muy importante para la arqueología y la historia de las Islas Canarias.
Del mismo modo, casi coincidiendo cronológicamente, en el yacimiento de Casas del Turuñuelo (Badajoz) se han descubierto por primera vez relieves que representan figuras con rostro pertenecientes a la cultura de Tartessos, que floreció en el suroeste de la península Ibérica entre los siglos VIII y V a.C. Se trata de las cinco primeras representaciones de figuras con rostro, pertenecientes a un relieve, que se han encontrado de la cultura de Tartessos… un descubrimiento muy importante ya que hasta ahora se habían encontrado otras figuras, pero nunca con un rostro definido, lo que las convierte en una representación única en el marco de esta antigua civilización de la que muy poco se conoce.
Los arqueólogos están encantados y, me consta, que muchos ciudadanos también… hay ganas de conocimiento y mucha demanda de “Memoria Histórica”, pero de la buena. De la que nos descubre nuestras raíces y los orígenes de nuestros antepasados… De cómo era y cómo ha evolucionado nuestro territorio a través de los tiempos… De cómo nos hemos ido afianzando como pueblo y como nación… En definitiva, estamos con apetito de España.
Lamentablemente, algunos de nuestros actuales líderes políticos no parecen verlo así y aprovechan el subyacente espíritu cainita, arraigado en el carácter patrio, para profundizar en la herida, buscando con ello asegurar su futuro económico personal e instalarse permanentemente en el núcleo de poder que, quizás algún día, pudiera ceder, a modo de herencia, a sus descendientes.
En medio de todas las crisis imaginables, estamos viviendo una edad de oro para la exploración y la ciencia. El salto tecnológico de los últimos años, incluida la irrupción de la Inteligencia Artificial, permite que empecemos a coquetear con extraordinarios avances en materia de salud, mientras nos vamos situando en la antesala de la colonización del Sistema Solar.
Sin duda grandes horizontes a los que nos iremos acercando durante los próximos años, con el impulso de una especie a cuyos ancestros se les ocurrió comenzar a ser bípedos, hace más de veinte millones de años.
Lástima que, mientras como especie hemos dado el acelerón en todos los campos, como ciudadanos tengamos que estar lastrados por una penosa generación de dirigentes políticos que sólo saben mirar al pasado, no para conocer, sino para dividir, y que lejos de propiciar las condiciones para seguir avanzando, en demasiadas ocasiones y debido a su incapacidad, con sus malas decisiones acabarán avocándonos a la miseria… si no lo remediamos. Ángel Alonso
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