sábado, 31 de diciembre de 2016

Feliz 2017

Reconozco que no me prodigo demasiado y que quizás me estoy encasillando como presunto escritor navideño… Menos mal que no dependo de mi actividad literaria para ganarme la vida porque, si así fuera, me moriría de hambre…


Lo cierto es que, al menos una vez al año, me entra un deseo irrefrenable de dejar constancia de mi pasión por la Navidad y de trasladar mis mejores deseos para todos en el próximo año, que estamos a punto de estrenar.   

Antes solía enrollarme con historias sugerentes, con aromas de aventura, y hablaba de lugares bonitos en donde, más de una vez, todos quisiéramos estar… Ahora, después de haber vivido otras experiencias durante los últimos años, tengo la percepción de que el mundo es menos bonito que antes y que hablar de aventura a estas alturas, pudiera resultar un poco frívolo…

Es posible que por el camino haya perdido grandes dosis de ingenuidad, inocencia, entusiasmo y puede que también de alegría… Y puede que también, haya cargado el alma con algo de sufrimiento, un poco de pesimismo, una pizca de cansancio y un toque de amargura, quizás contagiado por la coyuntura en la que vivimos…

La parte buena es que soy consciente de que con semejante bagaje no se llega a ningún lado y que no dejo de alimentar una minúscula llamita en el interior de mi corazón, que me impulsa a ir siempre hacia delante y que hace que me ilusione ante el inicio de cualquier empresa de resultado incierto, o que jamás se sacien mis ansias de conocimiento, o que disfrute del camino inexplorado que nos lleva por la senda de la vida y que aguarde con comedida ilusión las experiencias y alegrías que todavía he de encontrarme en cada recodo…

Queramos o no, lo que dejamos atrás ya nunca volverá y es inevitable que nos acordemos de los que ya no están… Pero también es el momento de replantear nuestra hoja de ruta para tratar de alcanzar aquello que nos pasamos toda la vida buscando y que de cuando en cuando se nos presenta efímeramente y que, una y otra vez, se nos escurre de entre los dedos…

Mi propósito para el nuevo año es el de continuar con la búsqueda de la felicidad y, allí donde la encuentre, cerrar con mucho cuidado la cuenca de las manos para evitar que se derrame demasiado deprisa y poder disfrutar de cada sorbo en este deambular por el mundo en el que, en definitiva, nuestro paso también es breve...

Os deseo mucha suerte en vuestra búsqueda en este 2017…

Feliz Año Nuevo… y hasta dentro de otros doce meses,

Ángel Alonso

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