domingo, 26 de enero de 2014

El desasosiego del aventurero

Tras el reposo navideño la actualidad del aventurero está atormentada con la preparación de nuevos proyectos. Es la época en la que los sueños se entremezclan con las dificultades para su materialización.


Largos meses o quizás años de planificación ven, por estas fechas, su particular pulgar hacia arriba o hacia abajo. Los cierres de presupuestos, los trámites burocráticos, la compra de permisos o la incorporación de algún patrocinador que equilibre los números, se convierten en un autentico purgatorio para aquellos que aspiran, en los próximos meses, a ascender un ochomil, internarse en algún paraje remoto o, simplemente, desean aportar algo diferente e interesante al fondo aventurero de la Humanidad.

Atrás quedan largas temporadas de trabajo, aderezadas con dosis industriales de humildad... Atrás quedan el estudio, planificación, exposición, argumentación, viabilidad y preparación, correspondidos en muchas ocasiones con la incomprensión, para dar paso a una especie de examen final cuyo aprobado se materializará en un imaginario salvoconducto que nos pondrá en marcha hacia nuestros sueños y el suspenso nos devolverá a la cruel realidad de tener que seguir recorriendo el mismo camino un año más...

Con el estreno de un nuevo año, la esperanza de una nueva oportunidad para su proyecto ilumina con energía renovada el corazón del aventurero... Hay que echar el resto y luego esperar a que el destino nos sonría y, si no fuese así, prepararnos para retomar de nuevo la senda ya iniciada, proveyéndonos de perseverancia, capacidad de trabajo, espíritu de sacrificio y grandes dosis de un combustible muy especial, como es la ilusión…

Ángel Alonso   



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