La era Trump queda atrás y el mundo ya tiene su nuevo emperador… La Historia pasa página y el futuro aguarda con expectación a ver como Biden se remanga y se pone manos a la obra para resolver los tres grandes retos que hereda de su antecesor… A saber… La profunda crisis democrática que, en estos momentos, atraviesa Estados Unidos… El cambio climático, del que el anterior presidente se desentendió… La gestión y superación de la pandemia, para lo que todavía aún queda mucho camino por recorrer…
No hay que ser ingenuos y por ello esperar grandes cambios en la actual línea de actuación en las relaciones internacionales de Estados Unidos, pero sí podemos ilusionarnos con que, al menos, vuelva un poco de sosiego al concierto mundial, lo cual es de agradecer.
Ya son demasiadas las crisis que vivimos en estos tiempos y siempre viene bien que alguien trate de frenar o al menos minimice, las que están por llegar, de las cuales ya algunas empiezan a asomar por el horizonte.
Hace falta gestión y normalidad, y albergamos la esperanza de que Biden aporte ambas cosas. Según la ley del péndulo así debería ser, pero en estos momentos el mundo está demasiado alterado y cualquier cosa es posible… El nuevo presidente de Estados Unidos seguirá siendo el hombre más poderoso del mundo, pero lo será menos que sus predecesores ante el creciente empoderamiento de China en el nuevo panorama internacional. Ya ha habido algunos roces, pero el enfrentamiento abierto entre las dos superpotencias se antoja inevitable y, en el momento del choque, las demás naciones deberemos de haber elegido bando… y llegado ese instante conviene no equivocarse…
Mientras tanto, en España, seguimos a lo nuestro que, en los últimos tiempos parece llevar una carga adicional de desgracias y mucho vamos a tener que esforzarnos para cambiar las cosas para volver a lo que teníamos antes, cuando éramos felices y no lo sabíamos… El 2021 ha arrancado con fuerza y, como siga así, esperemos que no acabe haciendo bueno al 2020. El panorama que se abre ante nosotros es capaz de helar la sangre hasta al más optimista y alguno, además de la vacuna, ya empieza a necesitar un suplemento vitamínico de esperanza.
El mundo
está cambiando y ya nunca volverá a ser el mismo… De nosotros depende el
dejarnos derrotar o, por el contrario, luchar con inteligencia por un futuro
mejor. Son nuevos tiempos, más exigentes, y conviene esforzarnos.
Ángel Alonso
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