Eran las 10:59 del once de noviembre de 1918 cuando un soldado estadounidense, de 23 años e hijo de inmigrantes alemanes, recibió un disparo que lo mató al instante…
Momentos antes de aquel fatídico desenlace, Henry Gunther había calado su bayoneta y, desobedeciendo todas las órdenes de sus superiores e ignorando los esfuerzos de sus compañeros para disuadirle, se lanzó a la toma de la trinchera alemana que tenía enfrente… Al verle avanzar hacia ellos, los soldados alemanes le gritaban para que volviera con los suyos e, incluso, comenzaron a disparar por encima de la cabeza de Gunther para que éste se asustase y desistiese de seguir avanzando, todo ello mientras desde la trinchera estadounidense también le chillaban para que parase y diese la vuelta…
Todo fue inútil, el soldado estadounidense se plantó peligrosamente en las inmediaciones de la trinchera de los combatientes alemanes y éstos, horrorizados, no tuvieron más remedio que disparar… Con aquella temeraria acción, Henry Gunther consiguió el dudoso honor de ser la última víctima oficial de la Primera Guerra Mundial. Ya se había firmado el armisticio y faltaba tan solo un minuto para que entrara en vigor el alto el fuego, previsto oficialmente para las once de la mañana, hora francesa…
Mientras que, durante los momentos finales del conflicto, la mayor parte de los combatientes de ambos bandos optó por quedarse quietos y aguardar al alto el fuego, la muerte de Gunther fue ciertamente estúpida, como también lo fue la de los otros 2.500 soldados que también cayeron en las últimas seis horas de la Gran Guerra que, por innecesarias, nunca se tendrían que haber producido pues ya estaba todo acordado y ya nada podían cambiar… El drama es que todo ese sufrimiento innecesario fue debido, principalmente, a errores, malas decisiones o poco evaluados esfuerzos de última hora para conseguir supuestos méritos o un poco de gloria…
De vuelta a los tiempos actuales, hace tan solo tres días que el Reino Unido ha comenzado a administrar la vacuna contra la COVID de forma organizada a sus ciudadanos, por lo que, en definitiva, ya se puede vislumbrar un posible final para la pandemia para dentro de unos meses, quizás durante el año 2021…
Volviendo al símil de la Primera Guerra Mundial es como si ya se estuviese negociando el armisticio, sabiendo qué bando va a ser derrotado… Por eso resulta especialmente sangrante como ciertos elementos de la sociedad todavía siguen actuando imprudentemente, comportándose como si la pandemia no fuese con ellos, poniendo innecesariamente en riesgo su salud y la de los demás, en lugar de ser sensatos y cumplir las normas de seguridad…
A esos individuos, al poner en peligro de
forma temeraria su propia vida y la ajena, tal vez cabría preguntarles si, tal
vez, emulando al soldado Henry Gunther, lo que están buscando es alzarse con el
triste honor de ser el último muerto de la pandemia…
Ángel Alonso
Dedicado a aquellos que salvan vidas no poniendo en riesgo a los demás.
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