viernes, 22 de diciembre de 2017

Feliz Navidad

Ya está aquí, ya llegó… Y como manda la tradición, con la lotería, se inauguró… Me temo que no será así, pero la verdad es que los españoles nos merecemos una tregua… Hasta en las más sanguinarias guerras de la historia siempre ha habido hueco para un pequeño armisticio navideño… Pero estoy seguro de que el sainete catalán no concederá cuartel y, entre turrones y mazapanes, continuará “soplando y soplando”, como el lobo del cuento de Los tres cerditos, tratando de doblegarnos mediante algo terrible que ni los más curtidos son capaces de resistir… Ni siquiera el célebre Sargento de Hierro en aquella magnífica escena interpretada por Clint Eastwood… El aburrimiento…



Aún así habrá que hacer un esfuerzo por dejar a un lado los dimes y diretes del panorama catalán y aprestarnos a vivir unos días, en paz y armonía, con nuestros seres queridos… Espero no perjudicar mi imagen de tío duro, si digo que me gusta la Navidad… Confieso que siempre me ha fascinado y que, en realidad, es la época del año en la que más a gusto me encuentro, y más disfruto de las personas y de las cosas… Por estos días da la sensación de que todo se ralentiza y que nuestro entorno se vuelve más entrañable…

Indudablemente son días de celebración, no sólo en lo religioso, también en lo tribal, entendiendo como tribu, familia, amigos, compañeros, vecinos, etc… Pero la Navidad es mucho más… Puede llegar a ser también un tiempo de examen de conciencia sobre nuestro paso sobre el mundo y de recuerdo de los que ya lo concluyeron…

Es un periodo de humanización en el que recuperamos la solidaridad que no hemos tenido durante el resto del año y nos volvemos más receptivos a los graves problemas que padece gran parte de la población e incluso puede que suframos una transformación de generosidad…

En contraposición a lo que el bueno de Puchi el fugitivo y sus secuaces van diciendo por ahí, somos afortunados de ser ciudadanos de un gran país que, además de vivirse muy bien, está a la cabeza del mundo en lo que se refiere a derechos y libertades, y se respetan escrupulosamente los derechos humanos… A diferencia de muchos otros países, España es un Estado de Derecho en el que se disfruta de uno de los más altos niveles de seguridad y se participa de las ventajas de una de las democracias más avanzadas y consolidadas del mundo…

Por contra, desgraciadamente todavía hay muchos lugares en los que la vida humana apenas tiene valor y en los que se persigue por razones religiosas o ideológicas… Aunque parezca increíble todavía hay sitios en los que se practica la esclavitud o en los que no existe la libertad de expresión y los periodistas son encarcelados o asesinados impunemente por realizar su trabajo… Por eso la Navidad es también una magnífica oportunidad para acordarnos de los que sufren y sentirnos afortunados por lo que tenemos…

Y ya puestos, también sería una buena práctica el dar las gracias a todos aquellos que, durante estos días tan familiares, trabajan y vigilan para que podamos disfrutar en paz y con la tranquilidad de que, si tuviésemos algún problema, vamos a ser socorridos…

La Navidad ya llegó y dentro de unos días, con el estreno del Nuevo Año, iniciaremos una nueva etapa en nuestra aventura personal que es la vida… Pero eso será dentro de unos días… Ahora es el tiempo de dejarnos llevar y alumbrar nuestro espíritu con la luz de la Navidad…

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2018…


                                                                                               Ángel Alonso   

1 comentario:

  1. Nunca olvidaré aquella vez que, estando trabajando fuera de España, nos paró la policía, solo por el hecho de no ser ciudadanos de aquel país. Unos cuantos billetes entregados al agente de turno, evitaron que mi compañero y yo durmiesemos aquella noche en prisión, acusados, sabe Dios, de qué delito.
    Es por ello que en este estado, España, que algunos califican de dictadura y obsoleto, siento que si un día me para la policia, no tengo nada que temer, siempre que no lleve un cadáver en el maletero, claro está. Mi agradecimiento a los vigilantes de nuestra "obsoleta" democracia.
    Feliz Navidad y próspero año 2018. A todos. Incluso al fugitivo, que aunque le duela, es nuestro paisano español.

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