domingo, 3 de noviembre de 2013

La aventura de la vida

A veces resulta difícil mantener el ánimo y el pesimismo hace su aparición en escena... Nuestros corazones se inundan de una espesa tristeza que, si no la combatimos a tiempo, comienza a apoderarse de nosotros envolviéndonos con su melancólico manto, fuerte, como si estuviese tejido con hilos de acero.



Seguramente argumentos no nos faltan. Basta con ver el telediario, hojear los periódicos, escuchar las penas de nuestros vecinos y, lo más duro, conducir nuestra propia existencia y la de los nuestros a través del gran territorio inexplorado que es la vida.

A todos nos asusta lo desconocido: el no saber que nos va ocurrir... ¿Se nos arreglará o no una mala situación?... ¿Mantendremos o recuperaremos nuestra salud?... ¿Seguirá queriéndonos nuestra pareja o por el contrario nos abandonará?... Al final, ¿habremos conseguido lo que nos propusimos de pequeños?... ¿Habremos estado a la altura en nuestra vida personal, familiar y profesional?... ¿Habrá valido la pena?...

Estamos ante las preguntas más comunes de la expedición más dura que existe: la aventura de la vida... Un viaje sin retorno en el que todos nos hayamos embarcados, unos con mejor fortuna que otros, pero todos con el mismo destino.

Como en toda expedición que se precie, lo más importante es el camino que tenemos que recorrer y, sabedores de que ese camino tendrá un final, tenemos la obligación de aprovechar nuestro tiempo viviendo intensamente lo que nosotros mismos, el azar o el destino nos vayan deparando en cada momento. Podremos caer una y mil veces, pero siempre será al levantarnos, con el consiguiente esfuerzo, cuando encontremos las mayores satisfacciones. 

En toda aventura que se precie hay siempre muchas cosas por hacer, por eso en la aventura de las aventuras, “la expedición vida misma”, no merece la pena perder el tiempo con tristezas y melancolías... ¡Estamos de expedición, pongámonos en marcha!...                                                                                                                                                                                                                                                                                                Ángel Alonso

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